Vino mexicano el mito de sus impuestos (primera parte)
| Autor | Leopoldo Mitre |
| Cargo | Business Development Director LOVIS México |
| Páginas | 52-52 |
52
COLUMNA◆
SEPTIEMBRE 2015
EL MITO DE SUS IMPUESTOS (PRIMERA PARTE)
Tecnología
Vino mexicano
Leopoldo Mitre
Business Development Director
LOVIS México
leopoldo.mitre@lovis.com
Decidí escribir es te texto porque recibí var ios comentarios por motivo
de mi pasada colaboración en w ww.lovis.report llamada “Un fa ntasma
vitivinícola recorre Mé xico”, en donde decía que el se ctor vitivinícola en
México ha crecido un sorp rendente 12% anual desde hace 10 años. En la
mayoría de ellos la gente decía que el gobiern o debería bajar los impues-
tos para ayudar al desarro llo de la industria vinícola mexicana , ya que
la alta carga impositiva e s un freno, sobre todo porque el vino nacional
“paga más impuestos que los impor tados”.
Antes que otra cosa quiero agr adecer todos sus comentarios. Déjenm e
decirles que tienen r azón cuando dicen que los impuestos son un freno
para el crecimiento (al menos teór icamente). Sin embargo, se equivocan
cuando afirman que los vinos mex icanos pagan más impuestos que los
importados. Na da más falso: los vinos que cuentan con ‘Marbe te de Ha-
cienda’, sin importar su origen, es tán pagando los mismos impuestos en
México. Los que no cuentan con es te sello que otorga el SAT están fuera
de la ley, por lo tanto, los omitiré de este análisis.
Es cierto que una carg a impositiva alta siempre tenderá a limitar e l con-
sumo de bienes y ser vicios, ya que los impuestos son un cos to en sí mis-
mos. Y entre más caras s ean las cosas más dinero requeriré para adqui-
rirlas y, por lo tanto, mis recursos -al s er escasos- se verán limita dos. Por
poner un ejemplo rápido veamos lo qu e ha sucedido en el último año
con la industria refresque ra nacional luego de la aplicación del impue sto
a los llamados “alimentos chatarra”: una caída de 2.5%.
Para el caso de la industr ia vitivinícola, las botellas al momento de la ven -
ta son gravadas con una ta sa de IEPS (Impuesto Especial sobre Produc-
tos y Servicios), que varía dep endiendo su graduación alcohólica, pero
que en los vinos generalmente es d e 26.5%, así como un IVA (Impuesto
al Valor Agregado) de 16%. Por otra par te, los negocios que participan
en cualquier eslabón la cadena de valo r son gravados con ISR (Impuesto
Sobre la Renta). Esta carga imp ositiva, aunque eleva el pre cio final que el
consumidor final paga al comprar vino, n o explica por qué muchas vece s
el mexicano resulta má s caro que el extranjero cuan do todas las botellas
-no importando si v ienen de Chile o Baja California- pagan los mismos
impuestos.
Entonces, ¿por qué es más caro? Los contab les saben bien que cuando
en el mercado hay produc tos más baratos que otros, y estos son gr ava-
dos por igual, solo puede se r por tres causas: c alidad, subsidios o compe-
titividad. Para identificar vayamos por partes.
¿CALIDAD AL MEJOR PRECIO?
Actualmente, en México par a que un vino tinto llegue al consumidor final
debe pasar por varios e scalones comerciales que suman cos tos y elevan
el precio. Dependiendo d e los jugadores que intervi enen en este proceso
tendremos precios más o menos a ccesibles. Por ejemplo, cuando com-
pramos una botella de vino mexic ano, en la mayoría de los casos prim ero
pasó del productor al dis tribuidor y luego al anaquel o al res taurante; por
lo tanto, su precio se verá increm entado por el margen de operación y
ganancia añadido por los involucrado s en cada etapa del ciclo comer-
cial. Generalmente, en es tos casos el distribuido r le sube al precio de
compra entre 30 y 35% y la tienda a su ve z 20%. Esto hace que un vino de
$150 más impuestos (suma que el produc tor pide por su botella) se eleve
al llegar al anaquel a un precio de venta al p úblico -con todos los impues-
tos incluidos- de hasta $35 6.60. En el caso de los res taurantes, que como
práctica de nego cio usual doblan el precio de compra, ter minan ponien-
do en la carta el mismo v ino a un precio cerrado de $595.
Tanto los impuestos como los costos de la cadena de dist ribución elevan
notablemente lo que el consumidor final pa ga por una botella de vino
tinto. Ahora bien, el vino impor tado paga además cos tos de importación
y tasas arancelarias . Y aunque México tiene tratados de Libre Come rcio
con EE.UU., la Unión Europea y Chile, que eliminan los aranceles de im-
portación en los v inos provenientes de estas regio nes, no los eximen del
pago de impuestos y mucho menos d e los costos logísticos para traer-
los desde sus regiones de or igen. Así que entre botellas de vino tinto del
mismo precio -en tienda o re staurante-, por la que el pro ductor nacional
pide $150, probablemente el produ ctor extranjero haya pedido solo la
mitad.
Esto hace que los vinos que llegan a Mé xico deban elaborars e con meno-
res costos para poder co mpetir, y para lograrlo hay que sacrif icar calidad
o tener un mejor proceso pro ductivo. Ahora bien , cuando la calidad y
oferta de valor de alguno s vinos extranjeros es s uficientemente atractiv a
para ganar cuota de merca do es momento de analizar qué han hecho
esos productores p ara ofrecer precios más baratos sin p erder calidad.
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