Vida del Innombrable

AutorFabrizio Mejía Madrid

Este licenciado pudo ahorrarnos a todos su libro de 3 mil páginas con gráficas. Pero, claro, entonces no hubiera tenido nada que hacer durante su destierro.

La primera biografía del Innombrable fue dictada en plena vejez por él mismo. En ella se da cuenta del rapto de senilidad por el que pasaba, pues no recuerda ni su propio nombre y se le hincharon los pies mientras intentaba recordarlo. Una generación después volvió a la carga, cuando pensó que su nombre ya se habría olvidado. Lo más que llegó a avanzar en su biografía fue la primera frase: "Últimamente me jeteo mucho". Después de eso se dedicó a urgir a que algún escritor plagiara cualquier biografía, aunque fuera de Julio César, Napoleón o de alguien apellidado Güemes.

Pero tratándose de hacer su nueva biografía creo que estoy en la posición de establecer con certeza que no sé dónde nació ni el año. Durante mucho tiempo pensé que su padre había sido un político hasta que supe que, en realidad, sólo les ayudaba con la contabilidad. Su madre, una santa. Ninguno de sus padres se enteró que había engendrado a un antecedente del Liberalismo

Social, por lo que jamás tuvieron reparos en educarlo con el método pedagógico del Partido: prometerle lo que pidiera y darle lo que hubiera. Su crecimiento fue duro, aunque neoliberal. Antes de que siquiera se despabilara de una siesta, ambos le caían a golpes. A la muerte de su madre las palizas se redujeron a un 50% y, con la huida de su padre hacia un nuevo puesto gubernamental, casi cesaron, salvo por las que se propinaba a sí mismo por pura nostalgia.

Desde muy temprana edad -tan temprano que todavía había luz y ya estaba dormido-, tuvo un vivo interés por todo lo que estaba vivo y, sobre todo, por su vivo interés. Si veía a un insecto, lo partía en dos para saber de qué había muerto. Lo mismo hizo con las plantas y con ciertos animales no muy beligerantes a la hora de cobrar sus salarios. Fue entonces que descubrió una de sus leyes desconocidas: si a un grupo dado de seres humanos se le reduce, cada vez, el salario a la mitad, llegará un momento en que la mayoría de ellos emigrará.

Ya en la juventud, el Innombrable, sin necesidad de trabajar -debido a que su familia ya no tiene que preocuparse por el dinero, sino sólo por los caballos-, dedica sus energías a la creación de un género literario que nunca escribió: la Política Ficción. Títulos tan entrañables como La Devaluación Tiene Rostro de Mujer, Chica Italiana Viene a Desincorporarse...

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