Viaje al bastión de los Sinaloa, en el sur profundo de Colombia

AutorRafael Croda

Piamonte, Cauca.— En una zona húmeda y remota del sur de Colombia, en la que confluyen los departamentos de Caquetá, Putumayo y Cauca, y cuyo epicentro es el municipio de Piamonte, una estructura armada ilegal llamada Los Sinaloa ejerce con un ejército de sicarios el control del territorio e impone su ley con frialdad implacable. Ellos se presentan, de acuerdo con la ocasión, como una "sucursal colombiana" del Cártel de Sinaloa, o como una "organización político-militar" que quiere negociar la paz con el gobierno del presidente Gustavo Petro. Lo que es un hecho es que en esta región cercana a Ecuador y delimitada por ríos de abundante caudal, la población es presa de una desbocada corriente de miedo. Los Sinaloa impusieron un régimen de prohibiciones en el que ningún campesino cocalero puede comercializar la pasta base de cocaína con el mejor postor. Sólo pueden venderles a ellos. Ningún motociclista puede circular con casco, tiene que llevar la cara descubierta para que la estructura armada pueda identificar a sus enemigos y también a los extraños. Los jóvenes tienen prohibido consumir drogas y excederse con el alcohol. A los ladronzuelos y a los indigentes con enfermedades mentales, los matan. El grupo armado tiene "campaneros" (vigilantes) que reportan por radios y teléfonos celulares a sus jefes todo lo que ocurre en las polvorientas calles de Piamonte y en las veredas, caseríos y municipios que circundan a esa población. Los escabrosos caminos de la zona son patrullados en motos por hombres con pistolas a los que todos saludan con nerviosa cortesía. "Ellos han impuesto un clima de terror", dice a Proceso la presidenta de la Asociación Municipal Campesina de Trabajadoras y Trabajadores de Piamonte, Cauca (Asimtracampic), Maydany Salcedo, quien el año pasado debió hunde la región por las amenazas de muerte de Los Sinaloa. Hace unos días Maydany regresó a Piamonte en una camioneta blindada, con dos escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP) y con un pelotón del Ejército al mando de un teniente que esperó a que tuviera reuniones comunitarias encerrada en la oficina de Asimtracampic. Al cuarto día, la volvió a sacar de allí, del bastión y santuario de Los Sinaloa. Piamonte es la capital natural de una amplia zona cocalera que abarca tres departamentos en los que se concentra la tercera parte de los cultivos de hoja de coca en Colombia: unas 56 mil 800 hectáreas que pueden generar unas 390 toneladas de cocaína cada año, según datos de la Oficina de Naciones Unidas contras la Droga y el Delito...

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