Viajando Ligero/ Volando con frecuencia

AutorJim Budd

Si en la actualidad las aerolíneas no tienen suficientes problemas, ahora que hay menos gente viajando, las quejas sobre sus programas de pasajero frecuente están creciendo. Muchos ejecutivos de líneas aéreas tienen la sensación de haber destapado la Caja de Pandora.

Como todos sus rivales tienen alguna clase de programa de vuelo frecuente, la ventaja de la competencia casi desaparece; para elevarla, las compañías de aviación tratan de ofrecer a sus pasajeros algo más que sus competidores.

Mejores asientos o la categoría de socios en salón VIP son algunos de los premios que disfruta este tipo de viajeros. Al darse cuenta de esto, tanto Aeroméxico como Mexicana han abierto más salones VIP por todo el país. Northwest y KLM han ampliado en sus aviones las secciones de negocios y de primera clase para proporcionar "mejoras". Muchos viajeros prefieren ser admitidos en un salón VIP o tener un asiento mejor en lugar de un viaje gratis, puesto que viajan tanto.

Esto, sin embargo, ha motivado quejas de pasajeros que han pagado el derecho a salón VIP o sus asientos de primera clase o de negocios, y ahora dicen que "la primera clase ya no es primera".

A los viajeros frecuentes de negocios, premiados con un asiento en la parte delantera del avión, se les acusa a veces tanto de desaliño en el vestir como de un comportamiento detestable, pues actúan, según se dice, "como niños que se dejan sueltos en una dulcería".

Los clientes fieles, por su parte, reprochan a veces a las aerolíneas lo que consideran "trato mezquino". El viajero frecuente, que se ha ganado el derecho a un asiento mejor, aún puede verse obligado a esperar a que todos los demás pasajeros estén a bordo antes de sentarse en clase de negocios o en primera. Si no hay lugar disponible en esas secciones, lo mandan a clase turista, y para entonces quizá ya no haya sitio para su equipaje de mano.

Los ganadores de premios con la mira puesta en el descanso en un destino vacacional, tal vez descubrirán que no hay asientos libres en la fecha prevista para su viaje. Las aerolíneas, a su vez, se ven abrumadas. Continental entregó 1.5 millones de premios el año pasado.

Como muchas empresas están recortando gastos, algunos pasajeros, anteriormente considerados "frecuentes", ven que ya no tienen derecho a una tarjeta de platino o de oro, y cuando se les priva de ella, se enojan. Lo peor ocurre cuando una aerolínea modifica las reglas sobre su política de premios. Resultado: la aerolínea convierte en...

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