Baniszewski versus Indiana (1966): Un caso de abuso físico, psíquico y sexual. Segunda parte.

AutorJuan Carlos Ramírez Salazar
Páginas23-25
23
La esencia del derecho en la búsqueda de la virtud
El encierro
Debido al estrés generado por el maltrato que vivía, Sylvia orinó
su cama sin darse cuenta, Gertrude enfadada volvió a meterle
la botella de Coca Cola en la vagina, algo que aparentemente
se hizo habitual para la joven. Fue entonces que Baniszewski
decidió que Sylvia no estaba a la altura para dormir con el resto
de la familia, el sótano y el colchón serían lo sucientemente
buenos para ella. De ahí en adelante, Sylvia sólo se alimentó de
una porción de agua y galletas saladas a la semana, así mismo
fue obligada a comer sus propias heces, poco a poco la mu-
chacha se desnutrió y deshidrató.
Los chicos Baniszewski la sometían a baños con agua excesi-
vamente caliente, cuando salía su piel estaba irritada y roja por
el calor, al punto que en una ocasión se desmayó en la bañera
y fue sacada por el cabello. Según los médicos forenses, en
algún momento difícil de precisar, Sylvia dejó de resistirse a sus
castigos, doblegó su voluntad y fue entonces que la señora
Baniszewski le arrancó la blusa y los pantalones cortos, de aquí
en adelante esa sería la condición en la que viviría su encierro.
John Baniszewski Jr., quien sólo tenía diez años, gustaba de
escuchar los gritos de Sylvia cuando la pateaba o apagaba
los cigarrillos de su madre en los brazos, piernas o estómago.
También gozaba de asestarle puñetazos en el rostro, vientre o
patearle y pisarle la cara mientras yacía en el suelo.
Richard Hobbs, un muchacho del mismo vecindario, pretendió
a Sylvia desde el momento en que se mudó, pero como lo re-
chazó, engendró en él un odio hacia ella. En varias ocasiones, él
y Coy Hubbard la ataban a una viga de madera instalada en el
sótano, después de una gran cantidad de golpes que ambos le
propinaban. Richard Hobbs llegó ha apretarle el cuello durante
tanto tiempo que todos pensaron que había muerto.
Durante ese tiempo, Baniszewski divulgó por el vecindario
que Sylvia era una promiscua, lo que generó en los vecinos
un concepto equivocado hacia ella, así mismo obligó a la me-
nor a escribir varias cartas donde detallaba escabrosos asuntos
Baniszewski versus Indiana (1966):
Un caso de abuso físico,
psíquico y sexual. Segunda Parte
Juan Carlos Ramírez Salazar, Maestro en Derecho Profesor de la Facultad de Derecho.
sexuales y confesaba que era una prostituta. Gertrude además
señaló que Sylvia sólo había causado problemas desde que
llegó a su casa y que era una muchacha inmanejable, por lo
que la había enviado al Reformatorio de Indiana y justicar su
aparente ausencia.
Los vecinos oían gritos, lamentos, gemidos y golpes, pero no
hicieron nada al respecto, porque pensaron que: “Era mejor no
meterse en problemas”. Como ya se señaló, la casa de los Banis-
zewski era el punto de encuentro de adolescentes, que obser-
varon como Sylvia soportaba los abusos a los que era sometida,
Gertrude Baniszewski.

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