"Cuando se vayan los periodistas empezará lo peor"

AutorLetitia I. Oivas

SIMFERÓPOL, CRIMEA.- El vendedor de armas D. M., dueño de una tienda en el centro de esta capital, se resiste a hablar. "No quiero problemas", asevera. El resto de la historia lo cuenta el cartel hecho a mano que pende de la reja de entrada a su tienda: "Si quiere contactar con este establecimiento, a partir de ahora llame por teléfono".

"Es una medida que hemos tomado a causa de los recientes eventos", explica finalmente.

En la calle Zhelyabova, en un bazar de artículos de cacería, otro vendedor repite la escena: "En estos días en el mercado legal no es fácil comprar un arma de fuego. Las autoridades controlan mucho. Muy diferente es si uno está dispuesto a hacer negocios en el mercado ilegal, aunque algunos artículos han subido de precio".

Ante la situación en la península ocupada por paramilitares prorrusos, en medio del peor enfrentamiento entre Occidente y Moscú desde el fin de la Guerra Fría, los crimeos simplemente se preparan para cualquier eventualidad.

"Mi familia, como otras, acopia alimentos. Yo he comprado harina, agua y azúcar", explica Yekaterina, rusoparlante como 75% de la población crimea pero quien se opone a la anexión de Crimea a Rusia.

La incertidumbre llegó a Crimea. En la esquina de Karl Marx y Pavlianko, en esta ciudad, dos paramilitares prorrusos montan guardia frente a las instalaciones de la marina ucraniana. El resto de la tropa, empuñando fusiles con mira telescópica y silenciadores, rodea el lugar donde está atrincherado un batallón ucraniano fiel a Kiev.

Desde el asalto al Parlamento crimeo el pasado 27 de febrero los militares ucranianos de la calle Karl Marx no pueden comunicarse con Kiev. "Nuestros sistemas no funcionan desde hace días. Sólo nos comunicamos con los celulares. Creemos que los invasores nos sabotearon", dice el coronel Igor Mamchur, segundo al mando del batallón sitiado. "Nadie sale de aquí pues nos rodean las 24 horas. Tienen armas de asalto de fabricación rusa. Pero, ellos lo saben, si nos atacan, responderemos", añade.

Trauma ruso

Escenas similares se repiten en todas las bases militares ucranianas en Crimea. Aunque la tensión es particularmente alta en Sebastopol.

Los rusoparlantes crimeos ven con malos ojos al gobierno de Kiev, integrado por fuerzas nacionalistas -como el partido Sbovoda, antirruso y heredero de una organización de ideología nazi- en una península donde los rusos se defendie-ron con uñas y dientes de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Entre 1941 y...

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