Uribe, un caudillo en jaque

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- La decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Colombia de someter a proceso al expresidente Álvaro Uribe por los delitos de soborno y manipulación de testigos, conocida el martes 24, desató un terremoto político en el país y puso al entrante mandatario, Iván Duque, en un dilema. Para Duque, "delfín" de Uribe y quien asumirá como presidente la semana próxima, no ha sido fácil fijar una posición que deje satisfechos a los colombianos que le exigen respetar la autonomía del Poder Judicial ni a los que creen que, por encima de todo, le debe lealtad a su mentor político.

El entrante mandatario colombiano ha dicho que es respetuoso "de la Constitución y sus instituciones", pero que conoce la "honorabilidad" de Uribe así como "su rectitud, su patriotismo y su incuestionable servicio al país". De acuerdo con Duque, la inocencia del exmandatario "prevalecerá". Pero según la CSJ hay sólidas evidencias contra Uribe. Existen grabaciones telefónicas, videos y testimonios que lo implican en una trama orientada a manipular y presionar a testigos que lo señalan como patrocinador de grupos paramilitares.

La contundencia de las pruebas fue lo que llevó al máximo tribunal colombiano a llamar a un juicio penal a un expresidente, un hecho que ocurre por primera vez en la historia del país. Uribe, un caudillo ultraderechista que, sin duda, es el político más poderoso de Colombia, sabe que se enfrenta al mayor desafío de su larga trayectoria como figura pública.

Tanto que, luego de conocer la decisión de la CSJ de llevarlo ajuicio penal, el expresidente renunció a su escaño en el Senado. "Me siento moralmente impedido para actuar como senador y al mismo tiempo adelantar mi defensa", argumentó en su cuenta de Twitter.

Pero un día después, el miércoles 25, Uribe hizo lo que ha hecho durante su carrera política: defenderse atacando. Aseguró que todo se trata de un "montaje", dijo que hay "periodistas que suelen" maltratarlo y afirmó que, en su caso, se está imponiendo "la presión mediática y política".

Las acusaciones contra Uribe no son nuevas. De hecho, la CSJ, tribunal que tiene entre sus funciones juzgar a los presidentes y miembros del Congreso, lleva 28 procesos en los que aparece como presunto responsable de delitos relacionados con las atrocidades que cometieron grupos paramilitares de extrema derecha, entre ellos asesinatos selectivos y masacres.

Y la Comisión de Acusaciones del Congreso, instancia encargada de investigar a los expresidentes...

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