Su última morada

AutorAnne Marie Mergier

AUVERS-SUR-OISE, FRANCIA.- Es preciso subir unas estrechas escaleras de madera para acceder a la habitación número 5, una buhardilla de L'Auberge Ravoux. La exigua alcoba está vacía. Solamente la adorna una silla de madera y paja parecida a las que pintó van Gogh en el pueblo sureño de Arles. Encoge el alma tanta desnudez. No hay ventana. Un rayo de sol entra por el tragaluz. Las paredes deslavadas y el piso de madera son tales como los veía Vincent.

Sobre ella enfatiza Dominique-Charles Janssens, fundador y presidente del Instituto van Gogh, organismo privado al que pertenece L'Auberge Ravoux:

La recámara en la que van Gogh pasó sus últimas semanas de vida y en la que falleció debe ser un enclave de silencio, un lugar despojado pero íntimo y solamente habitado por el espíritu y el recuerdo del pintor, un espacio respetuoso en el que el visitante-peregrino pueda recogerse. Amueblarla hubiera sido demasiado trivial.

De hecho los visitantes sólo pueden subir al cuarto por grupos pequeños. Sin que se les exija silencio, apenas se atreven a murmurar en las escaleras, y callan cuando penetran en él, tan fuerte es la emoción que emana del lugar.

Empotrado en una de las paredes llama sin embargo la atención un extraño marco de metal dotado de un sofisticado sistema de seguridad. Janssens se torna un tanto misterioso cuando la corresponsal busca indagar al respecto. Narra:

"El 10 de junio de 1890, sentado en esa misma habitación, Vincent escribió a su hermano Théo: 'Un día u otro, creo que encontraré la manera de hacer una exposición mía en un café.' Cuando la lei, esa frase me trastornó y decidí que un dia u otro yo encontraría la manera de realizar el sueño de Van Gogh. Logré comprary resucitar L'Auberge Ravoux. Pasaron los años. Ahora sólo me falta colgar un cuadro de Vincent pintado en Auvers-sur-Oise en la habitación número 5. La alcoba sin ventana se convertirá entonces en una habitación con vista... y también en el museo más pequeño del mundo."

Janssens entusiasmó a riquísmos mecenas -no precisa quiénes- y juntó suficientes fondos -no da cifras- para comprar una obra de Van Gogh -por supuesto no precisa cuál-; sólo dice que espera lograr su cometido en este año de conmemoración del 125 aniversario luctuoso del pintor.

Dominique-Charles Janssens vive su vida como si fuera una novela, por lo menos así la cuenta.

Este belga emprededor salió vivo de milagro de un grave accidente de coche en Auvers-sur-Oise en 1985. Nunca había pasado por el...

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