Trumpismo y lopezobradorismo: lecciones de Donald para Andrés Manuel

AutorDenise Dresser

Y esa legitimación a Trump deja tras de sí una nación dividida en dos. Los estados rojos en manos de los republicanos y los estados azules dominados por los demócratas. Biden en control de la presidencia pero sus opositores en control del Senado. Un partido que apenas logra ganar la presidencia y un partido que se dedicará a sabotearla. Una población multicultural, profesional y globalizada, enfrentada a otra que no se percibe ni quiere ser así. Los Millenials contra

"Make America Great Again". Y, como ha argumentado George Packer en The Atlantic, parecería que decenas de millones de republicanos quieren más a Trump de lo que quieren a la democracia. Porque Trump es muchas cosas, pero su comportamiento ha demostrado que no es un demócrata. Lleva cuatro años rompiendo reglas, atacando contrapesos, desmantelando instituciones, violando leyes. Ha ejercido un estilo personal de gobernar basado en la promoción del odio, la arenga al adversario, la promesa de la restauración jamás acompañada de un proyecto para el progreso.

Millones de estadunidenses que se dicen "amantes de la libertad" lo han acompañado sin chistar, comportándose más como feligreses que como ciudadanos. Han emulado su discurso divisorio, han celebrado sus actitudes autocráticas, han ignorado su desdén por la ley. Han manifestado una preocupante predilección por el populismo conservador, por encima del republicanismo progresista. Al igual que su líder, desprecian los datos, condenan la ciencia, parecen despreocupados por la pandemia, conviven con las contradicciones, abrazan las incongruencias y tiran al basurero de la historia los preceptos fundacionales de la deliberación democrática. Apoyan al hombre que refuerza sus prejuicios en lugar de combatirlos. Aplauden al populista por las promesas que hace, no por los resultados que produce. Demuestran lealtad a un hombre y no a un sistema democrático.

Por su parte, el Partido Demócrata y Joe Biden tampoco han logrado entender las motivaciones del bando contrario y cómo encararlas. Los liberales estadunidenses no han prestado suficiente atención a los problemas y a los agravios de un sistema económico y político que no satisface a la mitad del país. No han sabido como redistribuir mejor la riqueza o mejorar el funcionamiento de las instituciones o dejar atrás las actitudes elitistas y tecnocráticas o incorporar a quienes los estragos de la globalización están dejando atrás. El trumpismo es la manifestación de un país que no logra...

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