Con la "tríada", ni negociación ni rompimiento

AutorJosé Gil Olmos

Hacía tiempo que en el PRI no se veía tanta efervescencia ante el cambio de un dirigente. Nuevamente las riadas de simpatizantes llenan los auditorios de los sectores obrero, campesino y popular, los cuales se vieron casi vacíos durante mucho tiempo. "Que no quepa duda: somos el partido en el gobierno y no puede dejar de ser el brazo político del presidente", dice en entrevista el candidato único al liderazgo priista, Manlio Fabio Beltrones.

Su oficina en la presidencia de la Cámara de Diputados está vacía, ya tiene todo listo para trasladarse a la sede nacional del PRI, donde lo esperan cuatro años de trabajo difícil, si no es que ese periodo se acorta un año para permitirle competir por la Presidencia en 2018, lo cual no descarta. "Nunca hay que montar los becerros antes de tiempo, porque se pandean", ataja el sonorense, quien dice que por el momento su propósito es ganar las elecciones de los dos años entrantes y ser un :n arbitro.

A Beltrones le gusta el béisbol y asegura que es un buen segunda base, pero también peligroso lanzador; le gusta ponchar a sus adversarios y dar asistencias que definan los partidos. En el campo de la política hace algo parecido y, ante la crisis de partidos y principalmente la baja de popularidad de Enrique Peña Nieto, sostiene que el PRI tendrá que transformarse necesariamente y al presidente tendrá que entenderlo, más que defenderlo.

"El presidente Enrique Peña Nieto no necesita quien lo defienda, sino quien lo entienda en lo que es su propósito de transformar el país -para hacer un México moderno a través de estas reformas- y en los riesgos que esto conlleva, que han lastimado intereses muy importantes; estoy seguro de que al final habrán de reconocer que lo que se realizó, se hizo bien y en la ruta correcta", asegura.

El sonorense no rehuye las preguntas, aunque algunas lo incomodan. Se le recuerda el trabajo periodístico de The New York Times donde se afirmaba que tenía ligas con el narcotráfico.

"En mi vida política, y en la carrera que dentro de la política he desempeñado muchos años, he sido objeto de grandes satisfacciones y de algunas canalladas, y esa es una de ellas. Quedó perfectamente demostrado, incluso con un dictamen de la Procuraduría General de la República, que era falso y difamatorio. Para mí, ese es un caso cerrado. Solamente lo vuelven a desempolvar aquellos que tienen intereses en lastimar mi figura, pero son parte de la canalla."

-¿Eso va a ensombrecer su presidencia en el partido?

-Lo único que puede lastimar a alguien son las equivocaciones que tengan verdadera consistencia y verdad, consistencia y seguridad de que han sucedido, pero no la calumnia ni la difamación. ¡Vamos! A mí se me ha engrosado la piel como para resistir la canalla (sic), la mentira y la calumnia. No deja de dolerme pero ya tengo la piel muy gruesa para resistirlos. No creo que sea la única y creo que no será la última.

-¿Pueden venir más en esta guerra política?

-La canalla existe en muchos lugares y hay a quienes les gusta ejercerla. Vean, a veces hasta amparados en el anonimato de las redes, tan...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR