La transfiguración del poder cultural internacional (Primera de dos partes)

AutorJorge Sánchez Cordero

De hecho, el fenómeno ya había concitado la preocupación de la comunidad internacional, que no permaneció impasible al respecto: desde diciembre de 2014 la Asamblea General (AG) de la ONU aprobó las Directrices internacionales para las respuestas en materia de prevención del delito y justicia penal con respecto al tráfico de bienes culturales y otros delitos conexos (Resolución 69/196).

En su anexo 16, la AG consideró que este flagelo debería ser tipificado como delito grave (serious offence) en varias vertientes: tráfico, exportación e importación ilegales, robo, expoliación de sitios arqueológicos y culturales, así como excavaciones ilícitas.

Los elementos de catalogación como delito grave están definidos en la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Trasnacional, de la que el Estado mexicano es parte (Diario Oficial de la Federación del 11 de abril de 2003).

La comunidad internacional se vio compelida, pues, a crear una nueva arquitectura jurídica universal, con la participación de diversas agencias. La consecuencia de ello es más que evidente: la transmutación del poder cultural en el ámbito mundial.

La reciente concomitancia

La ristra de actividades de las instancias internacionales durante 2022 se inició con una propuesta ante la AG, promovida por Grecia en diciembre de 2021 y secundada por 110 países, entre éstos México (A/76/PV.44). Así, de manera unánime, la AG reafirmó su responsabilidad común de proteger el patrimonio cultural, ya sea material o inmaterial, tanto en tiempo de paz como de guerra, al considerar que los bienes culturales trascienden la trayectoria de una nación y se erigen como un reflejo de la historia y del patrimonio de los pueblos.

En los debates respectivos los Estados concurrentes cobraron conciencia de que sólo mediante la cooperación y la coordinación de los gobiernos podrían combatirse con eficacia las actividades referidas. La AG hizo valer su liderazgo cultural y conminó a otras instancias, como la UNODC, la In-terpol y la UNESCO, a sumarse ese propósito.

La determinación de la AG encontró su fundamento en la emblemática resolución 2347 del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU de marzo de 2017, que es la simiente de un nuevo orden internacional en materia de cultura, y en el informe de la Secretaría General de noviembre de 2021 (A/76/321). La resolución del CS fue concluyente: la destrucción del legado cultural constituye una amenaza para la paz y la seguridad mundiales. Más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR