De todología y espejismos

AutorAgustín Basave

Es el estilo del presidente López Obrador. Si bien no es un micro manager en el sentido tecnocrático del término, es un hombre que carga todas las decisiones in pectore y las comunica cuando lo juzga pertinente. En ese aspecto su pecho sí es bodega. En ninguna vertiente de su gobierno se hace algo que no haya decidido y ordenado él, con dos supuestas e interesantes excepciones. Me refiero a la procuración de justicia y a la estrategia frente a la pandemia. En la primera el asunto es un poco más sutil, porque la Fiscalía General de la República (FGR) es autónoma, y en la segunda se da un juego de espejos asaz ingenioso, pero en ambos el resultado es el mismo: a fin de cuentas se hace lo que AMLO quiere que se haga.

Me explico. Tengo para mí que la FGR conduce el caso Emilio Lozoya con el objetivo de llevar ante la justicia a Peña Nieto y sus principales secuaces, pese a que AMLO insiste en su rechazo a procesar a los expresidentes. Pero él sabe que, dadas las crisis del país, un golpe tan popular y espectacular como el encarcelamiento de Peña le caería, ese sí, como anillo al dedo, de modo que en ese tema no intenta influir en el trabajo del fiscal. De cualquier manera, ya está en curso lo que más le interesa a AMLO -la difusión de videos que exhiben corruptelas de exlegisladores panistas en torno a la reforma energética, y seguramente pronto se difundirá algo contra Felipe Calderón-, por lo que lo demás será ganancia adicional. No hay que olvidar que el ajuste de cuentas a la usanza obradorista no pasa prioritariamente por el derecho penal. El tribunal que más le interesa es el de la opinión pública, y el primer castigo que busca para sus enemigos es el repudio social. Así pues, para que se haga su voluntad no necesita intervenir más allá de negociaciones de interpósitas personas en torno al "criterio de oportunidad".

Las medidas contra el covid-19 configuran un escenario distinto. Ahí AMLO encontró a un operador idóneo, el doctor Hugo López-Gatell, cuyos planes o embonan con los de la 4T o se adaptan para complacer al presidente, que es su leitmotiv. Como lo anticipé en este mismo espacio, el truco presidencial fue ponerse en manos de quien está en sus manos. ¿Qué quiere AMLO? Austeridad. ¿Qué no quiere? Hospitales desbordados y cifras alarmantes. ¿Qué le ofrece López-Gatell? Una modalidad de la inmunidad de rebaño que requiere de poquísimas pruebas (y con...

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