El tiempo de la debilidad

AutorJavier Sicilia

México desde hace mucho perdió su legitimidad. Reducida esta última al momento electoral, los gobiernos han querido gobernar, amparados por la fuerza, con reglas y procedimientos jurídicamente prefijados. La consecuencia, como sabemos y vivimos cada día, ha sido la injusticia y la anomia. Los gobiernos, sometidos al interés del dinero, han hecho de la legalidad y la fuerza un instrumento que se usa para sostener la corrupción, el crimen, la hipoteca de los territorios del país a intereses industriales depredadores, la criminaliza-ción de la protesta y la negación sistemática de su legitimidad.

Un ejemplo de ello es el gobierno de Graco Ramírez, en Morelos. A pesar de que llegó al poder legítimamente, el uso abusivo que ha hecho de la legalidad ha mermado su legitimidad hasta hacerla desaparecer de su gobierno. Con esa legalidad sin sustancia ha creado fosas clandestinas como las de Tetelcingo y Jojutla, ha ocultado la violencia que sufre el estado, ha intentado destruir a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) por defender derechos humanos, ha arrasado los territorios de los pueblos entregándoselos a empresas mineras y a mega-proyectos inviables, ha colocado a su familia en instituciones claves y ha llevado a Morelos a un grave estado de ingoberna-bilidad, de miseria, de represión y descalificación de cualquier protesta y propuesta. Pese a ello, pese a la creación del Frente Amplio Morelense (FAM), que aglutina el descontento ciudadano y busca la salida del gobernador y la necesidad de crear un gobierno de reconciliación, Graco Ramírez, al igual que otros gobernadores como Javier Duarte, en Veracruz, continúa, con la complacencia de su partido y de la federación, ejerciendo la legalidad con lo único que le queda a un gobierno ilegítimo para sostenerse: la fuerza.

Para nuestra clase política mantener en el poder a un gobernador que ha perdido cualquier resquicio de legitimidad y que ha hundido a un estado en la anomia más atroz es, contra todo sentido de lo evidente, sinónimo de fuerza y gober-nabilidad. Olvida que hoy, más que nunca, lo único que puede salvar la confianza política y crear verdaderas condiciones de gobierno es ponerse del lado de la legitimidad y presentarse con el rostro de lo débil, lo que significaría enjuiciar políticamente a Graco Ramírez. La debilidad es hoy, en el...

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