La Suprema Corte que necesita México

AutorGerardo Laveaga
Páginas16-17
16 El Mundo del Abogado / Noviembre 2015
Gerardo Laveaga
OPINIÓN
La Suprema Corte
que necesita México
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¿Quién reemplazará en la Suprema
Corte a Juan Silva Meza y a Olga Sánchez
Cordero, ahora que ambos concluyan su
encargo, a finales de noviembre? Proponer
candidatos ante el Senado es facultad del
presidente de la República y, en principio,
nadie tendría por qué entrometerse para
decirle a quién debe impulsar y a quién no.
Pese a ello, algunos activistas han salido
a recabar firmas para que no lleguen
aquellos que, en su opinión, son impresen-
tables; los magistrados suplican al titular
del Ejecutivo que designe a uno de ellos y
no han faltado los profesores de Derecho
que le han pedido que los postule.
¿Qué hay detrás de este frenesí? Al-
gunos aducen que, primordialmente, las
suculentas prestaciones del cargo, garanti-
zadas durante 15 años, y, más tarde, una
jubilación de 80 por ciento del salario.
Esto, añaden, tienta casi a cualquier abo-
gado. Ser designado ministro de la Corte
supone no volver a preocuparse por
aspectos financieros el resto de su vida.
Otros, sin embargo, estiman que es
la relevancia de la función lo que la hace
tan atractiva: ser uno de los 11 jueces que
tienen la última palabra en el país deviene
una responsabilidad y una influencia
políticas muy superiores a bonos y pre-
Twitter: @GLaveaga
Para Arturo Zaldívar
bendas. Desde luego, todo cuenta en la
descarada persecución del cargo.
A tal grado que hay quienes han deja-
do la vida en el intento de obtenerlo. No
exagero. Cuando ya se les había incluido
en la terna y se hacían ministros, cuando
ya se imaginaban despachando en el
búnker de Pino Suárez, porque así se los
había prometido el secretario de Gober-
nación en turno, el Senado los rechazó.
Murieron poco después.
Pero aunque las prestaciones sean
jugosas —quizás las más jugosas del
servicio público— la Suprema Corte
está sobredimensionada. Sin negar sus
avances, en la mayoría de los casos
sigue siendo un tribunal de casación: se
encarga de revisar si las decisiones de
los tribunales federales se ajustan a los
principios constitucionales, ya se trate de
dirimir el porcentaje de una carga fiscal
o de la obligación que tiene el gobierno
de Veracruz de entregar un subsidio al
municipio de Coatzacoalcos...
Dista de ser, por ende, el tribunal
constitucional que anhelamos los mexica-
nos. Aunque —repito— hemos avanzado,
nuestra Corte aún no es, como la de Esta-
dos Unidos, centinela de la Constitución,
conciencia jurídica del país y contrapeso
efectivo a las decisiones de los poderes
Legislativo y Ejecutivo.
Ilustración: Edu Molina

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