Educación superior y globalización: las universidades públicas frente a una nueva hegemonía

AutorImanol Ordorika Sacristán
CargoInvestigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM
Páginas31-47

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Globalización: ¿de qué hablamos?

Globalización 1 es el concepto con el que designamos los arreglos complejos de la sociedad contemporánea y la fase actual de desarrollo del capitalismo. Tanto en el discurso de la vida cotidiana como en el de las Page 32 ciencias sociales, globalización se ha convertido en una noción que abarca muchos ámbitos y temas, que pretende ser del todo inclusiva y que, al mismo tiempo, obscurece un rango muy amplio de procesos, ideas, políticas, estructuras y relaciones. Como la noción de industrialización, la de globalización describe de forma extensiva un periodo histórico caracterizado por dinámicas, ideologías, formas e instituciones distintivas.

La vaguedad y ambigüedad del concepto mismo da cuenta de la multiplicidad de definiciones, caracterizaciones, perspectivas y debates acerca y alrededor de la globalización. Significativos entre estos intercambios son los argumentos acerca del carácter único y distintivo de este fenómeno histórico de cara a otras instancias de internacionalización económica o cultural2 (Lechner y Boli, 2000); las discusiones acerca del nivel en que los procesos de acumulación de capital han trascendido a los estados-nación para adquirir una esencia supra o trasnacional (Carnoy, 1993); o los debates acerca del papel y el poder de los estados nacionales de cara a la globalización (Evans, 1997; Rosecrance, 1996).

En general la mayoría de los autores coinciden al señalar que la esencia de esta fase de desarrollo del capitalismo radica en el hecho de que los procesos económicos, las interacciones sociales, la política, la cultura e incluso las relaciones individuales trascienden las fronteras nacionales. Estos intercambios tienen lugar en un mundo que se ha reducido virtualmente en tamaño y a una velocidad prácticamente instantánea fundados en las tecnologías de la información, las comunicaciones digitales y los medios de transporte más modernos. El espacio y el tiempo se redefinen por interacciones que ocurren en tiempo real y a una escala planetaria (Castells, 1996). Page 33

La globalización como fenómeno económico

Existen múltiples dimensiones de la globalización. Manuel Castells (1996, 1997, 1998) identifica al menos tres esferas significativas: la economía, la sociedad y la cultura. Para muchos autores, sin embargo, la globalización es esencialmente un nuevo orden económico (Castells, 1996); una "fuerza que está reorganizando la economía mundial" (Carnoy y Rhoten, 2002: 1). En los sectores más avanzados de la economía, el intercambio de mercancías, las transacciones financieras, las innovaciones estratégicas, la administración corporativa e incluso la producción, tienen lugar a nivel global y en tiempo real. La reorganización de los procesos económicos esenciales se funda en el uso de tecnologías de la información y la comunicación que, al igual que los procesos de innovación, hacen un uso intensivo de conocimiento (Carnoy, 1999). Consecuentemente, el conocimiento, la información y la comunicación simbólica se han convertido en las fuentes más importantes de productividad y ganancia, al menos en los países avanzados (Marginson, 2004). De esta forma, los bienes y servicios del conocimiento son, al mismo tiempo, las mercancías más valiosas y los medios de producción más importantes.

El discurso de la globalización

El desarrollo de nuevas tecnologías, digitalización, informática y comunicaciones ha sido fundamental para el advenimiento de la nueva economía. Además del surgimiento de estas tecnologías, es necesario tomar en cuenta otros desarrollos históricos con el fin de entender el significado y las implicaciones de la globalización. La expansión de las tecnologías basadas en la información corrió paralela a la crisis petrolera de los años setenta y la llegada al poder de nuevas coaliciones conservadoras en Estados Unidos y Gran Bretaña. En este contexto, los sustentos económicos e ideológicos del estado de bienestar fueron radicalmente cuestionados. El énfasis creciente en la competencia de mercado, así como las teorías y prácticas del liberalismo económico, dieron forma a las políticas económicas de los años setenta y ochenta. La emergencia Page 34 de una nueva economía fue alimentada y a la vez impulsó la hegemonía de un nuevo discurso, de una nueva filosofía pública (Wolin, 1981).

El núcleo del discurso hegemónico de la globalización lo constituyen las ideas de la competencia y el mercado como elemento articulador y regulador de la vida social. Esta visión se presenta como "natural", la única posible, homogénea y aceptada por todos (Marginson, 1997). En esta lógica, la sociedad está constituida por un conjunto de individuos independientes que toman decisiones racionales de manera autónoma, al margen de su entorno y de su comunidad. En la toma de decisiones, los individuos maximizan su bienestar individual a partir de cálculos racionales.

De acuerdo con Wolin (1981), esta racionalización a partir del mercado se sustenta en una nueva filosofía de lo público. En este marco todos los procesos sociales (no sólo los económicos o los relacionados con los mercados) se analizan a partir de esquemas de costo-beneficio, en lo que constituye una construcción economicista de la vida social.

En el nuevo discurso, la esfera de lo público pierde todo sentido y validez frente al ámbito de lo privado. Los intercambios racionales en el mercado, lo privado, se presentan como más eficientes, baratos y de mejor calidad. Las actividades, espacios e instituciones públicas pierden así legitimidad ante los ojos de la sociedad.

Nueva relación de fuerzas

El concepto globalización entonces identifica un conjunto de transformaciones que han ocurrido en diversos ámbitos y niveles. Entre estos destacan los cambios que ocurren en el ámbito de la producción (Castells, 1996); el debilitamiento del estado-nación (Castells, 1997; Evans, Rueschemeyer y Skocpol, 1985); cambios en la naturaleza y velocidad de las comunicaciones (Carnoy, 2000); intercambios financieros y comerciales increíblemente rápidos; preeminencia de prácticas administrativas y de mercado así como un nuevo discurso que impacta en casi todos los espacios de interacción social (Touraine, 2000); la economización de la vida social (Wolin, 1981); y la emergencia de una nueva hegemonía basada en la deificación del libre mercado (Touraine, 2000). Page 35

Los cambios resumidos en el párrafo anterior han implicado una profunda transformación de la sociedad contemporánea en términos de la relación entre las fuerzas del capital y el trabajo. La capacidad para realizar grandes movimientos financieros a través de regiones y fronteras a una velocidad casi instantánea, así como la centralidad económica de sectores como la producción de conocimientos y la provisión de servicios, han dado al capital una enorme movilidad que incrementa de manera definitiva su condición de fuerza frente al trabajo. Los estados-nacionales capitalistas, si bien no han desparecido ni decrecido en importancia, han perdido aun más autonomía relativa (Offe y Keane, 1984) frente al capital. La disputa entre capital y trabajo al interior del estado capitalista se ve aun más sesgada hacia el primero a partir de la incapacidad de establecer políticas y prácticas de acumulación pública de recursos y, por ende, de mantener la limitada función redistributiva que caracterizó al estado de bienestar.

Los cambios en la relación de fuerzas en la sociedad han impactado al conjunto de las instituciones del estado. Entre éstas adquiere una gran relevancia la forma en que ha afectado a las instituciones de educación superior dada su aparente centralidad en la sociedad del conocimiento, eufemismo con el que se caracteriza a la sociedad contemporánea de la nueva economía y la globalización. En el ámbito de la educación superior, el término globalización ha sido utilizado en formas diversas y variadas. Destaca por ejemplo su uso para denotar el papel de la universidad en la producción de analistas simbólicos para una economía global...

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