El suicidio sexenal del PAN

AutorDenise Dresser

El proceso de cortarse las venas comienza con la reforma fiscal. Aunque es un hecho indisputado que el Estado mexicano necesita mejorar la recaudación, es claro que el presidente y su equipo no logran elegir o instrumentar la estrategia adecuada para hacerlo. Al insistir en una reforma con un simple afán recaudatorio, sin proponer un plan más ambicioso de remodelación fiscal o racionalización del gasto, los panistas acaban en el peor de todos los mundos. Al repetir los argumentos que el PRI usó durante la presentación y negociación de la reforma fiscal, terminan en el mismo lugar: pagando todos los costos que el PRI les coloca. Se vuelven responsables de una medida altamente impopular mientras que el priismo cosecha sus beneficios. El PAN propone un incremento en los impuestos, que el PRI ahora usará para financiar su regreso a Los Pinos.

De allí el PAN pasa a vestirse de blanco, a cenar su alimento preferido, a escribir un poema sobre la muerte y a elegir el instrumento afilado que se enterrará. Continúa con la ceremonia del suicidio al pensar en Gustavo Madero como garante de la continuidad, como -otra vez- presidente del PAN. Lo hace, de nuevo, acompañando al PRI, que quiere un candidato con el cual pueda pactar a conveniencia. Y aunque es comprensible que ciertos sectores del panismo prefieran apoyar a Madero por inercia, lo que va en contra de cualquier instinto de autopreservación o estrategia política es que el PAN no lograra escoger o apoyar a alguien más. Alguien con credibilidad vis a vis con la sociedad. Alguien que no fuera el delfín de Enrique Peña Nieto. Alguien que no estuviera atado al Pacto por México, que ya llegó a sus límites. Alguien capaz de empujar la remodelación institucional y la legislación secundaria indispensable para que el PAN pueda convertirse en un verdadero contrapeso. Ahora con el PRI en la Presidencia, y después de los acuerdos logrados, al PAN le conviene ser una fuerza política independiente, combativa, capaz de señalar los abusos del priismo y sancionarlos. Pero en lugar de crear los contrapesos incómodos para su enemigo, decide contribuir con él mediante su debilitamiento.

El PAN se clava el cuchillo con aún mayor profundidad cuando después de haber votado en favor de la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones, no empuja leyes secundarias que regulen y vigilen adecuadamente, que le den al Ifetel dientes de verdad. Y parecería que no lo hace con tal de congraciarse con quienes han sido...

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