La sucesión en la UNAM

AutorAxel Didriksson

En su nueva gestión, el rector tendrá que asumir a cabalidad lo que él mismo ha considerado como "pendientes" y que han sido incluidos en su programa de trabajo. Algunos de ellos son muy delicados, como la reforma del Estatuto del Personal Académico; sustentar las bases de actualización de la planta docente y de investigadores; obtener más recursos para el mejoramiento de la infraestructura, de la seguridad en los campus, de la cobertura y de la presencia nacional y cultural de la UNAM, pero, sobre todo, poner los cimientos de una verdadera transformación orgánica e institucional para estar a la altura de una sociedad que reclama y depende de la producción y transferencia de conocimientos y nuevos aprendizajes. El reto de las próximas décadas para una institución como la UNAM es verdaderamente monumental, pues se propone contribuir a edificar una sociedad democrática del conocimiento.

Sin embargo, el rector que inicia un nuevo periodo de cuatro años tendrá que hacer frente, también, a tareas que corresponde emprender a una universidad como la UNAM en medio de un crítico panorama político, económico y social que se está descomponiendo y nos conduce a la sucesión presidencial más complicada que hayamos tenido desde hace décadas, más aún que las vividas con los descomunales fraudes electorales en contra de Cuauhtémoc Cárdenas y de Andrés Manuel López Obrador.

El rector José Narro, junto con un grupo destacado de académicos, puso el dedo en la llaga con su iniciativa para enfrentar la injusticia que ha generado...

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