Subterráneo / Agravios acumulados

El Estado de Oaxaca no conoce -todavía-, la violencia de la rebeldía, pero si no se toman de inmediato las medidas necesarias para corregir y superar las injusticias hacia la población indígena, terminará por sumarse a las entidades que tienen gente en armas, como Chiapas y Guerrero.

En los tres casos el fenómeno es el mismo: la población indígena no tiene salida ni esperanza. Despojada de sus tierras, obligada a abandonar sus usos y costumbres, forzada a sobrevivir en las zonas más áridas e improductivas, se debate en la pobreza, en la marginación y en el desamparo.

En los tres casos el gobierno federal y los gobiernos estatales tienen programas de desarrollo de las zonas indígenas que sólo son expresión de la caridad y la limosna. Ninguno de ellos pretende, en manera alguna, resolver el fondo del problema. Hacerlo obligaría a terminar con la estructura de privilegios que protege y beneficia a los "castilla", a quienes usan zapatos, a los mestizos y a los "blancos".

En los tres casos la injusticia adopta muchas formas. Una de sus vertientes es económica: las obras de infraestructura -caminos, electricidad, agua-, así como los servicios -escuelas, hospitales-, y sobre todo los créditos, llegan a la población indígena a cuenta gotas. No es de extrañar que Chiapas, Oaxaca y Guerrero -desde 1980 en ese orden-, sean las entidades más pobres de la República.

Como podrá suponerse la injusticia es también política: por comodidad y porque así es más fácil controlarlas, se permite que las comunidades indígenas funcionen de manera semi independiente, pero sólo a condición de que voten por el PRI y acepten las autoridades formales que el gobierno decida imponerles. En Oaxaca, y en Chiapas, y en Guerrero, siempre triunfan los candidatos del partido oficial.

Hay, por último, una forma más directa de la injusticia: la que ocurre en los tribunales, que invariablemente encuentra culpable al indígena e inocente al mestizo, aunque éste último haya sido el agresor. Hay pruebas recientes de esto último.

YALALAG

La historia es vieja y empezó por una imposición: el consejo de ancianos de Yalálag, una comunidad zapoteca en la abrupta sierra de Juárez, nombró durante varias décadas al presidente municipal. Al mediar los noventas, movido...

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