El subdesarrollo del Museo Tamayo

AutorBlanca González Rosas

Además de transparentar las atribuciones que tiene la Fundación Olga y Rufino Tamayo (FORT) en la gestión e imagen pública del museo, Carmen Cuenca tiene la obligación de informar sobre dos aspectos medulares: el uso de la colección de arte internacional que dio origen al museo y que el artista Rufino Tamayo donó al pueblo de México; y los vínculos e intereses que tiene la actual administración con el mercado del arte contemporáneo.

Conocida en la zona de Baja California y San Diego por su trabajo como galerista y funcionaría cultural gubernamental, Cuenca reabrió el recinto sin presentar un proyecto público que defina, justifique y describa la vocación y actividades del museo. Reinaugurado con cinco exposiciones de arte contemporáneo que alternan la presencia de algunas piezas de la colección con numerosas obras de artistas promovidos por el mercado internacional, el actual Museo Rufino Tamayo comprueba que el valor en el arte contemporáneo no se construye a partir de la propuesta creativa, sino con base en el del tipo de circulación y comercialización que tienen las firmas.

Diseñadas bajo el convencional y repetitivo modelo de exhibición-evento o mega-show, las muestras plantean diálogos forzados y absurdos con obras pertenecientes al acervo museístico. Integrada por dos exposiciones colectivas y tres proyectos individuales, la oferta curatorial dirigida por la venezolana Julieta González -quien desde enero de 2012 es curadora en jefe-, no asumió el reto de significar y valorar el acervo del museo en sí mismo, sin agregados prestados por galerías de...

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