Sofía de Grecia: Una Reina sin pasado

AutorGuadalupe Loaeza

He aquí, la materia de la que están hechos los cuentos de hadas: Una verdadera princesa y un auténtico príncipe celebraron su enlace una espléndida mañana. El apuesto Príncipe Don Juan Carlos de Borbón de España tomó por esposa a la bella Princesa Sofía de Grecia, el 14 de mayo de 1962, en un solemne acontecimiento al que se unieron con sonido de júbilo las campanas de las 500 iglesias de la capital griega. Como en los cuentos de hadas, la princesa era un sueño de encaje, lucía una preciosa diadema de diamantes y el apuesto príncipe su uniforme de gala blanco. Más de 5 mil monárquicos españoles habían llegado a Grecia días antes, a bordo de los transatlánticos Cabo San Vicente y Villa de Madrid para asistir a la boda real. Un mar de claveles rojos y amarillos adornaban la Catedral de San Dionisio, escenario de la ceremonia por el rito católico, a la que seguiría después el enlace bajo el rito ortodoxo en la Catedral de la Anunciación en Atenas. Después de las ceremonias religiosas, en una majestuosa carroza tirada por seis blancos corceles y una escolta de caballería, los novios reales recorrieron las calles de la ciudad helénica, vestida de fiesta, entre aplausos y exclamaciones.

Como en los cuentos de hadas, el Príncipe se convirtió en Rey y la Princesa, en Reina. ¿Y, como en los cuentos de hadas, tuvieron muchos hijos y vivieron felices?

¿Qué sabemos de la gentil princesa, ahora Su Majestad la Reina Doña Sofía de España? Cuando el Rey tuvo su primer encuentro con Sofía, declaró: "Me enamoré enseguida de Sofía. Creo que la quiero desde el día en que la conocí. La Princesa Sofía es una de las pocas jóvenes que pueden ser capaces de llevar una corona con perfecta dignidad". Y la Reina Victoria Eugenia de Battenberg, abuela del Rey Juan Carlos, dijo: "Sofía será una perfecta Reina de España". En efecto, Sofía de Grecia cumplió, de una manera excelsa, todos esos pronósticos.

Pero ¿qué sabemos realmente de ella? Aparte de su gran profesionalismo como Reina de España, de la mujer siempre dignamente reservada, siempre con una leve y enigmática sonrisa a la Mona Lisa. "Doña Sofía es una reina intuida y admirada a distancia, pero prácticamente desconocida. Muy pocos saben qué piensa, qué siente y qué opina. Muy pocos conocen a qué suena su risa, el color de su piel vista de cerca, su sentido del humor, la textura de su carácter, si es una mujer hosca o afable, si mediterránea o germánica", nos dice la periodista española Pilar Urbano en el libro La Reina, en donde aparece una entrevista, que concedió en afán de un solo deseo: "Quiero que los españoles me conozcan".

"La Reina ha tenido el arte de hallar el punto de equilibrio en el que las singularidades se transforman en virtudes: Discreta. Incluso más culta que el Rey y muy entregada siempre a la educación de sus hijos y a sus 'relaciones', con el fin de que no le ocurra lo que a la familia real británica, la Reina siempre ha sabido ocupar su sitio en la escena como actriz de reparto. Le apasiona...

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