La sobrina sin remedio / ¡Corte y queda!

Retomando la maravillosa experiencia en el cine mexicano de autor, como ya les expliqué todo lo técnico acerca de las grabaciones, ahora les relataré lo que hice frente a la cámara.

Mi personaje se llama Jenny, soy una chica con un papel muy importante en la película, (aunque mi aparición sea aproximadamente de unos siete minutos), soy un paso diferente para el protagonista, algo que nunca había experimentado en su vida y que cambia su perspectiva, no puedo explicarles más porque firmé un contrato.

Esta película está basada en un cuento de un autor francés. Platicando con mi DIRECTOR Matías Meyer, me comentó que el escritor estaba muy entusiasmado con la idea de que su cuento se mexicanizara y al ver las fotos de todos los actores que participaríamos en la película le gustó tanto que le dio el sí para que ésta se realizara.

Una vez en camerinos repasamos dos veces las líneas que tenía que decir Jenny, o séase yo mera, junto con el protagonista de la película, realmente fue fácil aprenderme las líneas, ya que me gusta mucho actuar y además eran muy pocas. Luego pasamos a primera posición, nos acomodamos justo para que Matías nos diera las indicaciones de cómo se rodaría esa escena. Frente a nosotros había un espejo, ahí donde nos reflejábamos y la cámara grabaría nuestro reflejo al comenzar a decir las líneas, después de que actuábamos un momento incomodo, el dolly se movía delicadamente para obtener un sutil detalle de nuestros cuerpos y como el espejo era curvo, en la filmación se ve donde mi cuerpo se encuentra en diferente plano al del protagonista, luego nos volvemos a juntar. Es increíble como Matías encontró a través de un espejo el mejor ángulo para poder expresar un sentido de intimidad en esa escena.

A Matías le gusta la espontaneidad, por eso es que solo ensayamos una vez antes de grabar para saber los movimientos que se realizarán tanto de las manos, como del dolly, de la cámara, del ayudante de cámara (foquista) o hasta el sonidista, pues no se puede ni siquiera reflejar el Boom (soporte del micrófono); son muchos detalles que perfeccionar en las primeras tomas, luego Matías nos corrige cualquier cosita o simplemente no le gustó esa toma y la volvemos a repetir, yo recuerdo que fallé mucho en los decibeles de mi voz, ya que se suponía que afuera del lugar donde estábamos había mucho escándalo, pero que obvio la música no se graba en ese momento (eso se graba después con las indicaciones del sonidista en otro ambiente), así que...

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