La sobrevivencia del lopezobradorismo

"(Es) el más cercano a AMLO", dicen los espectaculares de Adán Augusto López. "Es Claudia, la de AMLO", replica la publicidad de Claudia Sheinbaum. Para probar también su proximidad, Marcelo Ebrard propone crear la Secretaría de la Cuarta Transformación y le ofrece la titularidad a Andrés López Beltrán, hijo de Andrés Manuel López Obrador. Nunca un presidente saliente había pesado tanto en la opinión pública a la hora de definir las preferencias sobre la persona que le sucederá. La novedad radica en que una mayoría grande está dispuesta a apoyar cualquier candidatura que AMLO proponga para Morena, independientemente de sus propios méritos. De ahí que la campaña para ganar en las encuestas del oficialismo esté centrada en demostrar la afinidad con el mandatario. Sin embargo, no se trata ya sólo de saber quién sería la opción seleccionada por López Obrador, sino quién podría hacerse cargo de liderar al movimiento lopezobradorista -desde el gobierno- una vez que su fundador haya dejado el Palacio Nacional. La pregunta es relevante porque modifica la unidad de análisis. La clave para entender el fenómeno sucesorio, al menos desde el punto de vista del oficialismo, no será ya el actual presidente sino el movimiento que él creó, entendido como un sujeto político independiente de su persona.

Definir al lopezobradorismo no ha sido un ejercicio exitoso, sobre todo cuando se intenta hacer desde los referentes tradicionales de la élite intelectual. La inmensa mayoría de libros, artículos y textos publicados en los últimos cinco años a propósito de este tema están cargados de adjetivos negativos o, en el mejor de los casos, de consejos doctos sobre lo que debería ser este fenómeno político. Una primera paradoja que enfrenta tal definición radica en que el lopezobradorismo es un movimiento que, entre sus argumentos, se halla justo la descalificación al elitismo intelectual desde dónde suele emprenderse dicha caracterización. El lopezobradorismo es un movimiento anti-elitista que desprecia los mapas intelectuales que han prevalecido durante las últimas décadas. Esto hace que cada vez que se elabora una calificación, pretendidamente objetiva, ésta termina siendo combatida mediante la destrucción de la legitimidad del emisor. Tal característica no es exclusiva del lopezobradorismo porque la comparte con una serie de movimientos similares que han surgido en distintos países democráticos, casi todos nacidos después de la crisis económica global del 2008. Un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR