#SNACorrupto

AutorErnesto Villanueva

En otro espacio hice una radiografía del SNA (http://aristeguinoticias. com/1807/mexico/sistema-nacional-anti-corrupcion-una-simulacion/), por lo cual no voy a repetirme aquí; antes bien, quiero ampliar algunos puntos que no he expresado del #SNACorrupto. Veamos.

Primero. Hay personas que consideran que debemos dar el "beneficio de la duda" al SNA. Es respetable su punto de vista, pero atado a la fe, no a criterios probabilísticos de que el #SNACorrupto pueda cumplir los propósitos programáticos previstos en la Constitución federal. Si, por ejemplo, un hombre y una mujer procrean un hijo, es lógico que nazca un infante parecido a sus progenitores. Ese infante tendrá una estructura genética abrevada de la madre y del padre que le dieron vida. Sería ingenuo pensar que de una mujer y un hombre puede nacer un aguerrido tigre de bengala. Aquí sí entra la fe para ver que se haga el milagro. El estado de derecho no puede por su propia naturaleza apelar a ese vocablo. Por más veces que se espere que eso pase, nunca sucederá porque es contra natura, un atentado a la lógica formal.

Segundo. El #SNACorrupto nace de la unión entre varios sujetos obligados que han dado vida a un sistema que los vigile. De entrada, se trata de un conflicto de interés, de ser juez y parte. Por sí mismo es un acto de corrupción que el vigilado nombre al vigilante. ¿Alguien podría creer en serio que de un acto de corrupción fundacional va a nacer un sistema que va cumplir los fines retóricos de la Constitución? ¿Es posible que ese infante recién nacido deje de ser un niño o una niña para que al paso del tiempo se convierta en un tigre de bengala? Bien lo ha dicho el doctor Mauricio Merino: infancia es destino. En efecto, si nace de la corrupción, el destino va a ser igual o peor corrupción.

Tercero. No han faltado quienes me preguntan por qué si en otros países se ha seguido un diseño normativo similar al #SNACorrupto, en México no va a funcionar. La respuesta es muy sencilla: en esos países, sobre todos los nórdicos, existen dos ingredientes de los que México carece: a) una activa participación popular en la reproducción de las pautas democráticas como modelo de vida y b) porque en los países de referencia, los políticos tienen un honor que cuidar de manera celosa para darle viabilidad a su carrera política.

En México no hay, ya no se diga una abultada participación comunitaria, ni siquiera alguna capacidad de convocatoria activa que se traduzca en seguidores comprometidos...

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