El sistema de juicios orales y la seguridad pública

AutorErnesto Canales Santos
Páginas26-26
26 El Mundo del Abogado noviembre 2011
En el actual entorno de
violencia que vive el país
es relevante analizar el
impacto de la reforma
penal. El nuevo sistema
es más transparente y efi-
ciente, limita facultades discrecionales
de ministerios públicos, otorga ma-
yores derechos a víctimas y acusados,
requiere pruebas en audiencia pública
ante el juez, establece procedimientos
abreviados y limita la prisión preventi-
va. Estas características son contrarias
a las del sistema actual, en el que el 85
por ciento de las víctimas deciden no
apersonarse, dar sus datos o abrir sus
casas a los ministeriales.
Incremento de denuncias
Sin información los delitos quedan im-
punes; hoy la probabilidad de que un
criminal sea encarcelado es menor a 2
por ciento. Las denuncias se incremen-
tarán en la medida en que el público
confíe en el sistema; la transparencia y
la eficiencia de los juicios orales crean
confianza.
Marco jurídico para policías
Los cambios que proponemos impli-
can la transformación de policías y mi-
nisterios públicos. Capacitación, certifi-
cación, profesionalización y evaluación
son elementos consustanciales al nuevo
sistema. Igualmente, los juicios orales
requieren ministeriales capaces de pro-
ducir pruebas que sobrepasen el escruti-
nio público. Se ha trabajado en mejorar
las fuerzas de seguridad, principalmen-
te a nivel federal, pero no se ha provisto
de andamiaje jurídico, de columna ver-
tebral, a su actuación. Mejores policías,
¿para qué? ¿Para un sistema corrupto?
Fin a la ley de la selva
El cumplimiento de las leyes es base de
la paz social; en el sistema actual la ma-
yoría no cumple con las leyes penales,
lo cual significa que el Estado falla en su
función de garantizarla. El nivel de co-
rrupción, por lo oscuro y tortuoso del
sistema, ha creado un hoyo negro en la
vida social que es necesario eliminar; la
reforma viene a poner orden al enfren-
tar al más abusivo con un sistema jurí-
dico robusto.
Prisión preventiva como excepción
La reforma acaba con la prisión pre-
ventiva como la conocemos; de golpe
termina con una escandalosa fuente
de extorsión e injusticia. Los penalistas
mexicanos han construido su carrera
con base en su habilidad para encarce-
lar o liberar personas presas “preventi-
vamente” en tanto son juzgadas.
Elsistemadejuiciosorales
ylaseguridadpública
En un escenario con pocas denuncias, poli-
cías corruptos libres y ausencia de un Estado
de Derecho, ¿se puede combatir la violencia?
Ernesto Canales, presidente del patronato de
Renace, A. B. P., analiza los beneficios de la
instauración de los juicios orales en la lucha
contra el crimen.
Ernesto Canales Santos
Universidad del crimen
El Estado mexicano ha creado lo que
equivale a un sistema para entrenar
criminales; los presos no sentenciados
y los encarcelados por delitos menores
de 5,000 pesos representan cerca de 70
por ciento de la población carcelaria,
cuyo “adoctrinamiento” dura más de
un año, en promedio. La reforma, en
cambio, los aleja del mundo criminal.
Ejemplaridad
No es una contribución menor el hecho
de que el nuevo sistema fije en el imagi-
nario popular las conductas punibles; la
audiencia pública del juicio oral permi-
te conocer los “por qué” de las condenas
y de las liberaciones: la cultura popular
distinguirá entre acciones buenas y ac-
ciones malas. No más “puertas de emer-
gencia” cerradas cuando se sancione en
público a dueños y responsables de cen-
tros de reunión; no más impunidad en
guarderías, almacenes, discos y ahora
casinos. ¿No tendremos más éxito con-
tra el crimen si mostramos y razonamos
las acciones castigadas?
Estado de Derecho
México sigue siendo un país de grandes
diferencias; en el campo penal prevale-
cen los vicios más añejos, que tenemos
que erradicar para contar con un sistema
de justicia confiable. Es esquizofrenia so-
cial vivir en una permanente incertidum-
bre jurídica en cuanto caemos en el cam-
po que rige la libertad personal. Rescatar
lo penal hacia un régimen de Derecho es
un acto de soberanía nacional. La refor-
ma acerca a delincuentes y a autoridades
al cumplimiento de las leyes.
Conclusión
Hace tres años la Constitución federal
incorporó nuevos principios; sin em-
bargo, a nivel federal no se ha legislado
para implementarlos en leyes. ¿Qué es-
tamos esperando?

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