¿Qué sigue después del 1° de julio?

AutorAngélica Manríquez
Páginas34-35
34 El Mundo del Abogado agosto 2012
¿Quésiguedespués
del1dejulio?
Angélica Manríquez*
Más allá del ánimo festivo o, por el contrario,
del sentimiento de derrota, que embarga tanto
a los políticos como a los electores que partici-
paron en la jornada electoral del pasado 1° de
julio, la calificación final de la elección está aún
pendiente, ahora en manos del Tribunal Elec-
toral, instancia que se pronunciará en definiti-
va sobre el resultado de los comicios.
Dice un refrán que no
hay fecha que no lle-
gue, ni plazo que no
se cumpla. Pues bien,
el destino nos alcanzó.
Atrás quedó el conflic-
to poselectoral de 2006, para dar paso al
de 2012.
El 1° de julio pasado, los ciudada-
nos mexicanos acudimos a las urnas a
elegir, entre otros cargos, al presiden-
te constitucional de los Estados Uni-
dos Mexicanos. El proceso electoral
fue accidentado antes, incluso, de ha-
ber empezado. Se vivieron momentos
difíciles , cuando la imposibilidad de lo-
grar acuerdos en la Cámara de Diputa-
dos impidió la integración del Consejo
General del Instituto Federal Electoral
(IFE), en los términos marcados por la
legislación electoral.
Por otra parte, este proceso electo-
ral ha significado, para el IFE y para el
Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación, interpretar y probar la
efectividad de la reforma electoral de
2007, que surgió en respuesta al con-
flicto electoral de 2006.
La jornada del primer domingo de
julio no es la conclusión del proce-
so electoral, pero quizá sí es la escala
más importante en este viaje que ini-
ció, formalmente, el 7 de octubre del
año pasado.
De este evento ciudadano podemos
rescatar algunos datos que nos pare-
cen importantes. El IFE integró un pa-
drón electoral de más de 78 millones
de registros, lo cual quiere decir que
casi dos terceras partes de la población
participó en la elección de sus gober-
nantes. Hubo una participación de 63
por ciento de los ciudadanos con cre-
dencial, mayor en casi nueve millones
a la registrada en 2006.
El estado con mayor participación
fue Yucatán, con 77 por ciento de vo-
tantes. Y la entidad con menor concu-
rrencia ciudadana fue Michoacán con
52 por ciento
La pregunta es: ¿ahora qué sigue? La
siguiente etapa del proceso correspon-
de a las sesiones de cómputo distrital
(en los 300 distritos electorales) que se
realizan el miércoles siguiente al día de
la elección; este año, comenzaron el 4
de julio. En dichas sesiones de cómputo
se realizó la sumatoria de los resultados
obtenidos en cada casilla, para obtener
el cómputo distrital.
En principio, lo que se cuenta son
los resultados que contienen las actas
levantadas al hacer el cómputo en la
casilla el día de la elección para presi-
dente, diputados y senadores. No obs-
tante, existen casos en que la ley auto-
riza que se vuelva a llevar el escrutinio
y el cómputo de una casilla.
Debe decirse que éste es un caso ex-
cepcional, ya que en principio la tarea
de la recepción de la votación, escruti-
nio y cómputo de los resultados corres-
ponde, por mandato constitucional, a
los ciudadanos, no a los funcionarios
electorales; por ese motivo se privile-
gia en la medida de lo posible la subsis-
tencia del cómputo ciudadano, salvo en
los casos en que sea necesario realizar
el recuento de votos, con el fin de de-
purar las irregularidades que pudieran
existir y dar certeza al resultado.
En estas elecciones presidenciales,
los consejos distritales del IFE realiza-
ron un nuevo escrutinio y el cómpu-
to de más de 80,000 paquetes electora-
les, correspondientes a igual número
de casillas, de las poco más de 140,000
que se instalaron en todo el territorio
nacional. Este recuento está autoriza-
do por la norma electoral, en los si-
guientes casos:
a) Cuando los datos del acta del pa-
quete y los del acta que obre en poder
del presidente no coincidan, cuando
se detecten alteraciones evidentes o
cuando no exista el acta.
b) Cuando existan inconsistencias o
errores evidentes en los distintos ele-
mentos del acta, sin que éstos puedan
corregirse con otros elementos.
c) Cuando el número de votos nulos
sea mayor a la diferencia entre el pri-
mero y el segundo lugar.
d) Cuando todo s los votos hayan
sido depositados a favor de un solo
partido.
Como se puede apreciar, salvo la cau-
sa de recuento contenido en el inciso
b), las demás son apreciables objetiva-
mente; sin embargo, en el caso de lo se-
ñalado en el referido inciso, tiene un
componente altamente subjetivo, pues
hay que definir qué debe considerarse
como inconsistencia o error evidente, y
cuáles elementos del acta son relevan-
tes para el cómputo.
Una vez llevados a cabo estos pro-
cedimientos y contados los resultados

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