Signos y símbolos de la religiosidad popular

AutorGisela Landázuri Benítez
Páginas150-165
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Gisela Landázuri Benítez
Signos y símbolos de la religiosidad popular
II Gisela Landázuri Benítez
a religiosidad popular se asocia con expresiones festivas, colectivas,
con motivo de celebraciones religiosas como las estas patronales, peregrinaciones, el culto o
adoración a santos o imágenes de la liturgia católica, así como en bodas y otros festejos cotidia-
nos. Los rituales que acompañan estas expresiones portan una serie de signos y símbolos que,
más allá de la manifestación religiosa visible, nos hablan de procesos culturales e identitarios,
pero también económicos y sociales.
A pesar de estar relacionada con las prácticas católicas, la religiosidad popular refrenda su
autonomía frente a la institución eclesiástica, ya que el compromiso de la organización de las
actividades tanto festivas como religiosas es responsabilidad de los miembros de la comunidad.
Las mayordomías (estructuras vinculadas al sistema de cargos), y en al gunos casos también
los comités de feria, asumen la planeación y administración de los eventos. Sin embargo,
las tareas que esto implica se asientan en la colaboración colectiva, tanto con la aportación
de trabajo como c on la cuantiosa cooperación económica que requieren los festejos; la reli-
giosidad popular rebasa entonces el ámbito devocional y permite el reforzamiento de prácticas
sociales como la solidaridad y la cohesión de los miembros del grupo. Cumple con la función
de reproducción y fortalecimiento cultural e identitario no sólo dentro de la comunidad, sino
también con vecinos o pueblos hermanos. Las peregrinaciones y las promesas (ofrendas) que
llevan pobladores de una comunidad a otra, por ejemplo, además de resaltar la fe, refuerzan
los lazos intercomunitarios. Algunos estudiosos arman que estas prácticas pagano-religiosas
permiten la reconstrucción simbólica de la comunidad, y en el caso de las estas patronales,
éstas son, en cierta manera, una forma de celebrarse a sí mismos.
Los rituales religiosos, también presentes, se acompañan por representaciones como
danzas, música instrumental o cantos que además de la alabanza a una imagen religiosa o
agradecimiento por la buena cosecha o el buen temporal, reejan un claro sincretismo que
muestra la presencia de otras creencias, prácticas y formas culturales vigentes en la memoria
colectiva, reelaboradas simbólicamente ante la imposición del catolicismo.
Las fotog rafías de Gisela Landázuri* corresponden a tres comunidades que tienen en
común su origen etnolingüístico nahua y, hasta la fecha, su vínculo a las actividades agrícolas, a
pesar de la creciente migración y urbanización: Cuentepec, Morelos; San Gregorio Atlapulco,
Distrito Federal; y San Andrés Hueyapan, Puebla.
* Gisela Landázuri Benítez es profesora-investigadora en el Departamento de Política y Cultura, División
de Ciencias Sociales y Humanidades, UAM-Xochimilco, México (edición fotográca digital de Rutilio Morales
García, CIDEX / UAM-Xochimilco, México).
L

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