Un siglo y medio de Conservatorio III

AutorSamuel Máynez Champion

Así, apuntamos a los doctores Ortega, Li-ceaga, Durán y Balderas, a los músicos Tomás León y Agustín Caballero y al escritor Manuel Payno como parte de esa filantrópica sociedad a la que se suscribieron 74 miembros, no sobrando que consignemos los nombres de otros socios ilustres, ya que merced a su decidida actuación pudo lograrse algo que parecía imposible (recuérdese que desde 1825 iniciaron los tentativos para que la nación pudiera contar con un centro de verdadera formación musical -a la altura de sus pares europeos- y que hubo cuatro abortos por falta de apoyos gubernamentales, originados en gran parte por la inestabilidad política de los tiempos).

Por tanto, en la mención va implícito el agradecimiento. En orden alfabético tenemos, nada menos, que al poeta Manuel Acuña; al abogado, periodista y maestro Ignacio Manuel Altamirano; al dramaturgo y político Gustavo Baz; al arqueólogo e historiador Alfredo Chave-ro; al político y próximo presidente de México Sebastián Lerdo de Tejada; al médico y escritor José Peón Contreras; al periodista, abogado, ideólogo y poeta Ignacio Ramírez; al Maestro de América y futuro promotor de la UNAM Justo Sierra; y al periodista, biógrafo, historiador y poeta Francisco Sosa. Sin faltar la adhesión, como socio honorario, del insigne músico húngaro Franz Liszt.

Decíamos, pues, que la limitación de recursos fue uno de los elementos distintivos de la creación del conservatorio, mas habríamos de puntualizar que continuaría siéndolo a lo largo de su historia. En ese sentido, vayamos a los primeros días de actividad docente en los que, ya lo apuntamos, hubo de valerse del préstamo de algunos salones de la Escuela Nacional de Medicina que se situaba entonces en el antiguo Palacio de la Inquisición. En cuanto a la plantilla de maestros, se contó con la participación prácticamente desinteresada-estaban obligados a impartir por lo menos una clase gratis-de 26 profesores y de 5 señoritas auxiliares. En cuanto a las materias iniciales pudo asegurarse la impartición de 42 cátedras, repartidas entre: Solfeo y Canto, Piano, Instrumentos de arco, Armonía teórico práctica, Orquestación e Instrumentación, Composición teórica, Lengua castellana, Idiomas extranjeros (francés e italiano), Historia de la música y Biografía de sus hombres célebres, Acústica y Fonografía, Anatomía, Fisiología e Higiene de los aparatos de la voz y el oído, Arqueología de los instrumentos musicales y Estética e Historia comparada de los progresos...

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