Sicilia y Ameglio reprochan a la Iglesia el desamparo de Solalinde

Señor director:

Enterarnos de que el obispo de Tehuantepec, Óscar Campos, le está exigiendo que abandone la coordinación del Albergue "Hermanos en el Camino" de Ciudad Ixtepec, Oaxaca, para irse a una parroquia, nos causa una indignación espiritual y moral gigantesca. Es el rostro de una Iglesia que ya no oye la voz del Espíritu sino la del poder económico y político. Esto sucede en el momento en que México tiene más que nunca necesidad de una Iglesia profética encarnada entre los más sufrientes, donde se multipliquen como panes los albergues para migrantes en cada diócesis, donde en cada punto crucial del "tren de la muerte" debiera existir una comunidad cristiana solidaria y protectora con los migrantes, donde en cada parroquia debiera haber un comité de solidaridad con los familiares de víctimas de esta guerra y búsqueda de desaparecidos.

En...

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