Sergio Aguayo Quezada / Los miedosos

AutorSergio Aguayo Quezada

Los políticos se encogen y se hacen chiquitos frente a la ciudadanía organizada. La elogian en el discurso pero la excluyen con mañas. Les interesan los cortesanos, no los ciudadanos.

En su último libro (El espejismo democrático) Lorenzo Meyer sostiene que en las elecciones del 2006 reapareció el miedo atávico de la derecha a la democracia cuando ésta puede servir para que la izquierda llegue al poder. El enunciado provocó un debate en la revista Proceso entre Meyer, Enrique Krauze y Jorge Castañeda sobre la democracia y sus reglas en nuestra historia. Aunque luego regresaré a esa discusión por ahora tomo la tesis de Meyer para discutir las ideas lanzadas en la entrada de esta columna.

El gobierno del Distrito Federal está organizando el domingo 29 de julio una "Consulta Verde". Somete a consideración de los capitalinos propuestas atractivas: sustituir todos los microbuses, mejorar el transporte público, hacer obligatorio el transporte escolar para las escuelas particulares, poner árboles en las azoteas de las nuevas construcciones, construir 500 nuevos pozos de absorción, etcétera. De concretizarse mejoraría en algo la miserable calidad de vida de los capitalinos y contribuiríamos a frenar la destrucción del planeta.

Lo que más impacta son las facilidades para participar en la consulta. Habrá mil 600 módulos instalados en plazas públicas, parques, jardines, en la ruta del ciclotón, en las cadenas de tiendas Oxxo. A los perezosos o los ausentes les bastará con levantar el teléfono y hablar a Locatel o conectarse al internet y opinar proporcionando una sola de las siete claves numéricas incluidas en la credencial de elector.

Las facilidades están incluidas en la Ley de Participación Ciudadana que en otras partes de su articulado se transforma en un déspota implacable y despiadado para la sociedad. Al gobernante le concede la libertad de que decida cuáles serán los requisitos y la metodología a emplear en sus consultas. A los ciudadanos deseosos de organizar una iniciativa popular los confronta con exigencias absurdas. Además de reunir alrededor de 35 mil firmas (o 0.5 por ciento del padrón) tienen que escribir en el formato respectivo firma, nombre, dirección y ¡las siete claves numéricas incluidas en la credencial de elector! Son tantas las dificultades que conlleva hacerlo que nunca se ha organizado una iniciativa popular.

Para algunos las rigideces se explican por el pasado priista de Andrés Manuel López Obrador, jefe de Gobierno cuando...

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