¿Por qué seguimos usando el dinero en efectivo?

AutorMtro. Francisco Javier Orozco Bendímez
CargoDirector asociado del Departamento de Contabilidad y Finanzas Región Norte del Tecnológico de Monterrey
Páginas60-60
TECNOLOGÍA
60
¿Por qué seguimos usando el dinero en efectivo?
Mtro. FrAncisco JAvier orozco BendíMez
Director asociado del Departamento de Contabilidad y Finanzas
Región Norte del Tecnológico de Monterrey
jorozcob@tec.mx
Hace unos meses un amigo me pidió una consulta para revisar la si-
tuación financiera de su restaurante. Sus últimos resultados habían
sido algo malos, lo cual le inquietaba, ya que los números no coinci-
dían con la cantidad de gente que asistía a su sucursal: el número
de comensales y de ventas había aumentado, pero el margen de
utilidad neta había estado disminuyendo. Así, le pedí sus estados
financieros, los gastos administrativos habían tenido el mismo
comportamiento y estaban totalmente controlados; sin embar-
go, lo que saltó a mi vista fue cómo había estado aumentando el
porcentaje del costo de ventas respecto a las ventas.
En la industria restaurantera este porcentaje anda entre 30 y 35%, e
incluye básicamente el costo de los ingredientes de los alimentos; en
este caso, el numerito andaba ya en 50%, un nivel digamos que algo
alarmante. Entonces, decidimos investigar el motivo de esta varia-
ción, y dentro de las cosas a las que le podíamos atribuir esta dife-
rencia era el aumento de los costos de las materias primas, alguna
especie de jugada chueca en el departamento de compras en con-
venio con algún proveedor, o mucho desperdicio y merma en la coci-
na. Afortunadamente, no era por ninguna de las opciones anteriores,
o si lo era no tenía tal grado de impacto sobre esta gran variación, por
ello decidimos ver el proceso de venta a los comensales.
La historia se complica cuando en un ejercicio de cliente miste-
rioso o mystery shopper nos dimos cuenta de que cuando pagá-
bamos en efectivo, el ticket que daban al cerrar la cuenta no era
un registro oficial para la compañía, y aunque sí nos regresaban
“el cambio”, y obviamente nos daban el servicio, para la compa-
ñía esa venta en efectivo nunca ingresaba a su cuenta. Salía el
inventario de materia prima, motivo por el cual se tenía que so-
licitar y comprar más, por eso aumentaba el costo de lo vendido
y alguien, definitivamente, estaba defraudando al restaurante.
Esto se podía evitar de cierto modo con el pago electrónico de los
clientes, ya que al realizarlo así va directamente a la cuenta banca-
ria de la empresa. Le cuestioné a mi amigo el porqué no aceptaba
pago con tarjeta, y sin pensarlo se limitó a contestar: “Estás loco,
cómo crees, si me pagan con tarjeta tengo que declarar el ingre-
so y pagar impuestos”. Obviamente le estaba saliendo más caro
el hecho de no hacerlo por pensar en la cuestión fiscal y no en el
control interno. El dinero en efectivo es el enemigo número uno
del control interno, pero en México estamos muy atrasados en las
transacciones digitales.
Según el último estudio realizado por el Instituto Mexicano para
la Competitividad (IMCO), 96% de las transacciones en México
se realizan en efectivo.1 Estos son algunos motivos por los cuales
las operaciones siguen siendo así: lo primero es la fiscalización
de los ingresos, lo segundo son las comisiones que existen en
el sistema bancario, un tercero es la brecha generacional ade-
más de la costumbre de usar la tecnología, y el cuarto, y muy
1 IMCO (2016). IMCO. Retrieved from hps://imco.org.mx/wp-content/up-
loads/2016/01/2016-Reduccion_uso_efectivo-Documento_completo.pdf
2 Indra Tecnocom (2017). Tendencias en medios de pago 2017.
importante, la falta de infraestructura tecnológica para aceptar
el medio de pago electrónico.
Muchos hablan de la famosa inclusión financiera, donde también
muchos se van con la finta de que esta se mide por la cantidad de
cuentas bancarias y “plásticos” que la población obtiene. Pero, al
final del día, muchos utilizan sus cuentas y tarjetas para ir a un ca-
jero y convertirlo en efectivo. Un estudio de Tecnocom revela que
72% de los mexicanos saca dinero del cajero al menos una vez a
la semana,2 es decir, sigue utilizando el efectivo, aunque pudiera
ya realizar transacciones electrónicas. Si nos comparamos con
los países escandinavos como Suecia, donde 97% de la población
tiene acceso a tarjetas y 85% a servicios de banca por Internet, es
evidente que queda mucho camino por recorrer.
El hecho de utilizar efectivo en las operaciones comerciales pro-
voca, como ya mencionamos, fallas en el control interno de las
empresas. Los tres elementos que provocan el fraude en las em-
presas son: la actitud, la motivación y la oportunidad. Aun así, la
actitud y la motivación no existirían sin la oportunidad. Al usar el
dinero en efectivo se abre esa ventana por donde muchas cosas
pueden salir y entrar sin que nos demos cuenta.
Con la digitalización del dinero se abren puertas, se destruyen ba-
rreras comerciales y ayuda con la generación de nuevas oportuni-
dades para los pequeños y grandes negocios. Basta con observar
a toda esta nueva ola de aplicaciones de servicio a domicilio como
Cornershop, Rappi, Uber Eats, etc., las cuales ayudan a que peque-
ñas y medianas empresas del sector abarrotero y restaurantero,
que tenían un alcance limitado en cierta área geográfica o no te-
nían el recurso financiero o logístico necesario, ahora puedan dar
servicio a domicilio. Estas aplicaciones, en su mayoría, utilizan for-
mas de pago electrónicas; además, estas empresas aspiran a llegar
a más clientes y con ello a generar más ventas.
Lo mismo sucede para beneficiarse de la expansión nacional o in-
ternacional, gracias a las plataformas de comercio electrónico o
e-commerce como Amazon, Kichink o Mercado Libre, los negocios
no pudieran vender abarcando más territorio por el hecho de que-
darse encerrados utilizando el dinero en efectivo. Es más, estas pla-
taformas ofrecen otros medios de pago electrónico para ocasionar
que las operaciones sucedan de una manera más fácil.
Lamentablemente, todo lo vemos con ojos de no pagar impues-
tos. Sin embargo, recuerda que tu modelo de negocio y todo tu
plan estratégico debería ser lo suficientemente bueno y acepta-
do, tanto por el mercado como por tus clientes, para que tu ne-
gocio cubra el pago de impuestos y genere la utilidad deseada.

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