Saura a 75 años del asesinato de García Lorca

AutorArmando Ponce y Columba Vértiz

Justo a los 75 años del asesinato del poeta andaluz Federico García Lorca, Carlos Saura recuerda que con Bodas de sangre (1981), largometraje basado en la tragedia del también dramaturgo, descubrió que podía crear cine musical. Tras proyectarse en Cannes, resultó un éxito inesperado.

La película, confiesa en entrevista, le dio pauta para rodar otros 10 musicales:

El trabajo fue estupendo, para mí muy fácil. Allí aprendí varias técnicas que luego apliqué en los otros filmes de este tipo. Es que los que trabajan de verdad son los que bailan y cantan. Yo simplemente he sido como un elegido con cámara en mano y decidí cómo extraer lo mejor de esa materia humana maravillosa delante de mí.

En una breve visita para recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de México y la medalla de la Filmoteca de la máxima casa de estudios, acepta la entrevista con Proceso dado que la IX Feria Internacional del Libro del Zócalo, organizada por la Secretaría de Cultura del DF desde el viernes pasado está dedicada a los 80 años de la República española y a los 75 años de la muerte de Lorca.

Con una sonrisa y vitalidad sorprendentes, el cineasta de Huesca (1932) -aragonés como su amigo Luis Buñuel-, aunque pasan de las diez de la noche y luego de un viaje relámpago para conocer la ciudad de Taxco con su hija Anna de 17 años, recuerda primero al poeta:

"Era de los escritores medio prohibidos en la España franquista. Digo medio porque no estaba prohibido del todo, la verdad se conocían algunas de sus poesías, pero claro, su aspecto político y su fusilamiento era tema delicado, pero poco a poco fuimos aproximándonos a todos estos españoles, unos fusilados por Francisco Franco, otros desaparecidos en la guerra y otros exiliados. Fue una ruptura tremenda en la historia de la cultura española. A los jóvenes de entonces nos tocó un poco recuperar a esas personalidades importantísimas, vivos o muertos, poetas, escritores, analistas, cineastas, como Luis Buñuel, en fin. A base de mucho trabajo poco a poco se les reconoció y los exiliados empezaron a retornar a España más tarde.

"Pero siempre ha quedado la imagen de García Lorca. Su fusilamiento mitificó más su figura y siempre nos queda la tristeza de pensar qué pudo haber escrito si no hubiera muerto."

En cuanto a su cinta Bodas de sangre, confiesa que es "un poco excepcional". Antes ya le había ofrecido el hermano del poeta de mayor influencia de la literatura española filmar Bodas de sangre, con un productor estadunidense, pero no le interesó:

Era muy fiel al texto y como muy convencional. No me gustó, me parecía ya un folclor de García Lorca. Después el productor Emiliano Piedra me propuso rodar Bodas de Sangre, del bailarín y coreógrafo Antonio Gades. No había visto esa obra. Se hizo una audición para nosotros en la Escuela Nacional de Danza, en Madrid, entonces Gades era el director allí. Era un lugar lleno de espejos, las barras, y lo que más me gustó, aparte de la obra, es que los bailarines y los cantantes no se movían de ese espacio. De alguna manera era como un ensayo precioso, y me pareció una pieza estupenda porque retomó lo que al inicio estimuló a García Lorca para escribir Bodas de sangre: fue un hecho real. Gades integró el hecho que estaba en los periódicos con la versión del poeta...

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