Saqueo impune

AutorÁlvaro Delgado

Si el enriquecimiento de Néstor Moreno Díaz, el funcionario fugitivo que adquirió un yate y un automóvil Ferrari producto de sobornos, exhibió la corrupción en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), un fraude por más de 300 millones de pesos cometido por uno de sus subordinados, Alejandro Morales Méndez, apunta a que el saqueo en esa institución es también una práctica impune.

En efecto, pese a estar preso, Morales Méndez logró que más de 100 millones de pesos en propiedades -casas de lujo, ranchos, terrenos y cuentas bancarias- no le sean incautados para reponer por lo menos una tercera parte del dinero que robó a la CFE para adquirirlas.

Y es que al mismo tiempo que Moreno Díaz recibía sobornos de la empresa Lindsey Manufacturing por otorgarle contratos de la CFE, como acreditó una investigación en Estados Unidos, Morales Méndez robaba claves de acceso de sus empleados para hacer transferencias de recursos de la paraestatal a cuentas ban-carias suyas y de sus familiares.

De acuerdo con el expediente del caso, que ocurrió durante la gestión de Alfredo Elías Ayub como director de la CFE, Morales Méndez, encargado del manejo de recursos financieros de la Subdirección de Transmisión, transfirió 308 millones de pesos de la cuenta de la paraestatal en HSBC a las suyas y las de algunos parientes, entre 2003 y 2007, aunque luego se supo que esa práctica la venía realizando desde 1999.

Así como los órganos de control de la CFE no detectaron los sobornos a Moreno Díaz, director de Operación nombrado por Elías Ayub, tampoco lo hicieron con las operaciones financieras de Morales Méndez hasta que una cajera, María Elena Guerrero Escamilla, descubrió y denunció el fraude.

Pero la justicia en México cometió una aberración: La sentencia a Morales Méndez por el robo de los más de 300 millones de pesos a la CFE, cuatro años y seis meses, es la misma que se impuso a Guerrero Escamilla, que sólo tiene en contra pruebas como su clave de acceso bancaria (password) que le fue hurtada y el testimonio de un empleado de Noé Peña -un alto exfuncionario allegado a Moreno Díaz-que resultó ser falso.

"Es una sentencia absurda, porque son cuatro años y seis meses para el que se robó 300 millones de pesos y se benefició a él y a su familia, que para María Elena, que no tiene un cinco en su bolsa ni en su única cuenta bancaria ni de sus familiares. ¡Es una incongruencia del juez!", afirma Alejandro Ortega Sánchez, abogado de Guerrero Escamilla.

-¿Es un caso parecido al del premiado documental Presunto culpable?

-Es peor -dice el abogado-, porque María Elena no sólo es inocente, sino que descubrió cómo se estaba robando a la CFE, detuvo las transferencias que estaban en curso y presentó la denuncia.

Pero mientras la cajera ha sido privada de su libertad a pesar de ser inocente, Morales Méndez no tiene de qué quejarse, dice el abogado: "Si dividimos 300 millones...

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