Ruta 66 / ¿Interregno?

AutorDiego Beas

Las reglas cambiaron el martes pasado en Washington. El electorado habló y puso un hasta aquí al statu quo que había dominado el juego político desde 1994.

Las sonrisas cambiaron de bando. Con la excepción de la victoria de Bill Clinton en las presidenciales de 1998, los demócratas no habían tenido ningún éxito electoral desde 1992.

Después de la aplastante victoria del partido Republicano en las congresionales de 1994, a los demócratas les siguieron 12 años de oposición y derrotas legislativas. De ahí la emoción por el resultado. En medio quedaron dos fracasos monumentales: Al Gore en el año 2000 y John Kerry en 2004.

El primero todavía no termina de explicarse cómo perdió una elección que tenía en la bolsa. Después de ocho años como vicepresidente de Clinton, con la etapa de expansión económica más larga de la historia del país a sus espaldas, tenía sólidas credenciales para tomar el timón del barco y llevar a buen puerto las reformas iniciadas por su antecesor.

En cambio, la elección se perdió y la presidencia de Clinton quedó, literalmente, en la historia del siglo pasado.

Cuatro años más tarde sería el turno de Kerry. La elección de 2004 no se puede entender sin recordar los atentados del 11-S y las consecuencias que éstos tuvieron para la psique norteamericana.

El partido demócrata llegó dividido, con un candidato poco atractivo y con la duda de qué posición asumir ante la guerra de Irak. El fracaso de la intervención armada comenzaba a vislumbrarse y el partido no sabía si tomar una postura contraria al presidente o si su papel era apoyarlo y dejarlo que marcara el camino.

Kerry perdió por un margen considerable y el partido quedó golpeado, sin un líder claro y con muchas dudas sobre qué espacio político ocupar.

Durante los dos últimos años el partido no ha hecho ningún cambio de fondo: su manera de hacer política sigue siendo la misma, los temas de su agenda, con algunas excepciones, siguen estando dominados por lo que en Estados Unidos llaman 'special interests'. Sindicatos, minorías, colectivos, gremios. El partido, más que ser un generador nato de nuevas ideas, funciona como receptáculo de una gran variedad de intereses que no le permiten esbozar una visión clara y cohesionada del futuro.

Mientras los republicanos llevan 40 años creando la materia prima de sus políticas públicas en centros universitarios y 'Think Tanks', los demócratas siguen condicionando buena parte de las suyas a los intereses de diversos grupos que no quieren...

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