De fárragos y equívocos

AutorSamuel Maynez Champion

Para empezar, la necedad del navegante genovés por ubicarnos en una franja territorial asiática hizo que de tajo, por no haber constancia documental, los caribes, tainos, aymarás, caracas, bororós, patagones, apaches, comechingones, nahuas, lacandones y un largo etcétera, dejaran de serlo para volverse indios, que será sinónimo del hombre subyugado, sometido y conquistado, aunque también "reeducado", "redimido" y "civilizado".

No está por demás que rememoremos la tozudez colombina, pues nos concierne a todos: En su primer viaje, los ab-orígenes son "indios" asalariados del Gran Kahn. Así lo consigna y lo sostiene. En el segundo, las "evidencias" adquieren estatus jurídico pues obliga a su chusma a estipular en un documento que Cuba se halla en Tierra Firme. En el tercero acrecienta su arrojo testimonial debido al desconcierto que le produce la dulzura del Orinoco, recurriendo a una interpretación que placería a la Iglesia: localiza el Paraíso Terrenal y el planeta ya no es esférico; asegura que su forma asemeja a un seno de mujer cuyo pezón esta-ría bajo la línea ecuatorial. Para el cuarto, el paroxismo de sus decepciones lo hace desistir de avanzar unas leguas más hacia el poniente, en busca de la salida al mar que tenía ya muy cerca, desandando su marcha y volviéndose trabajosamente a España; empero, escribe que de donde se detuvo -lo que transcribe como Caguaré, hoy Panamá- restaban sólo 10 jornadas para embocar el río Ganges.

Y remontando, por ahora, los fantasiosos decires de nuestro "descubridor" hemos de situarnos en una fecha clave: 25 de abril de 1507. Ahí, para nuestra incumbencia y futura identidad, los monjes de la abadía de Saint Dié, ubicada en la Lorena francesa, publican el primer mapamundi que ostenta el nombre de América, en honor al cuestionado Amerigo Vespucci quien, como se ha demostrado, hizo menos viajes al continente de los que él afirmó. Además, para acreditar la actitud dolosa del florentino, tampoco tuvo empacho en asegurar que en el Mundus Novus había gigantes y que la lujuria de las "indígenas" llegaba al grado de que, mediante artificios y picaduras de animales ponzoñosos, hinchaban los miembros a sus maridos hasta tornárselos "deformes y brutales". Así, a nadie debe sorprender que hayamos sido paridos, ante los ojos del Dios "verdadero", por la ignorancia, el prejuicio y el dogma.

Mas regresemos a los farragosos relatos del fabulista Colón, pues en su prosa encontraremos respuestas a muchas incógnitas, sobre...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR