Rogelio Naranjo (1937-2016)

AutorBlanca González Rosas

Un recurso interesante que, al eludir la ficción del personaje, fortalecía la veracidad de la denuncia evidenciando que el retratado era un ser humano real y corriente.

Compasivo con los ciudadanos más desprotegidos y severamente crítico ante las acciones, actitudes y relaciones de los presidentes y funcionarios públicos, Naranjo develó las falsedades y consecuencias del poder a través de un lenguaje visual que conjugó el retrato emocional, la alegoría, la palabra y algunas figuras que al repetirse se convirtieron en su iconografía personal.

Entre estas últimas, la pequeña figura vestida de andrajos con rostro calavérico que remite al ciudadano víctima, y su contraparte, la alta figura de exagerada nariz que, con o sin sombrero, refiere al dominio y prepotencia de los poderosos.

Trabajadas con una aguda precisión que conjuga magistral-mente la interpretación temática y la resolución formal con un humor realista y elegantemente sarcástico, las viñetas de Rogelio Naranjo son un golpe visual de comunicación inmediata. En su composición y significado la escala es un factor esencial.

Además de los grandes rostros que sobre pequeños cuerpos minuciosamente vestidos describen las características emocionales de cada protagonista, el tamaño de las figuras simboliza las relaciones de poder. Dirigidas a lectores informados que sólo necesitan algunas pistas para completar el mensaje, las viñetas son una especie de crucigrama visual que provoca la reflexión sin imponer respuesta alguna.

Activo en la revista Proceso desde el primer número, Rogelio Naranjo tuvo...

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