Cuando Robi escapó de la venganza

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- El cineasta israelí Erez Laufer confiesa: le es difícil describir el estado de ánimo de sus compatriotas en ese incipiente periodo de negociaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina. "Prevalece el escepticismo aun si la mayoría de los israelíes aspiran más que nunca a la paz", dice. "Pero no me siento cómodo hablando en nombre de mis compatriotas. Me parece más honesto limitarme a decir lo que siento". -¿Qué siente?

-Una gran confusión. Oscilo entre un optimismo relativo y el pesimismo.

Vía telefónica desde Tel Aviv, donde ra-dica, Laufer acepta comentar la situación actual de Israel antes de hablar de Un día después de la paz, su más reciente y apasionante documental, en el que entrelaza logros de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica con interrogantes esenciales planteadas por una pacifista israelí cuyo hijo -soldado- fue asesinado por un francotirador palestino.

Laufer es autor de 15 documentales, varios de ellos premiados en Israel, Estados Unidos, Italia, Singapur, Francia y los Países Bajos.

Un día después de la paz -que realizó junto con su hermana Miri- se estrenó en mayo del año pasado en Tel Aviv, donde causó impacto. Desde entonces recorre con éxito fes-tivales de documentales. En febrero pasado fue galardonado como la mejor película del parisino Festival Internacional de los Filmes sobre Derechos Humanos.

-¿Qué le inspira optimismo?

-Creo que por fin el gobierno de Benjamín Netanyahu entendió que si estas negociaciones no desembocan en un acuerdo de paz, jamás lograremos tener dos Estados distintos: uno judío y uno palestino. El gobierno sabe que es su última oportunidad. Si la pierde, se impondrá a mediano o largo plazo la solución de un solo Estado no judío. Los sionistas rechazan en forma absoluta esa perspectiva de un solo Estado; es decir, renuncian al Estado judío. Espero que eso los lleve a ha-cer las concesiones necesarias para que tengamos dos Estados y que el palestino sea viable. Es por eso que me siento ligeramente optimista.

-¿Qué piensa de la perspectiva de un solo Estado?

-Hace algunos años sólo la izquierda radical abogaba a favor de un solo Estado en el cual convivan palestinos e israe-líes con los mismos derechos. Era un tema tabú. Hoy ya no lo es y hay grandes debates al respecto en Israel. Pertenezco a la izquierda moderada, voto por la izquierda y comparto con ella la idea de un solo Estado incluyente y plural. Los sionistas están conscientes de que esa idea va ganando terreno en la sociedad israelí y se asustan.

¿Ese pavor los llevará a tomar las buenas decisiones y a ser honestos en las negociaciones con los palestinos?

-Y su pesimismo, ¿a qué se debe?

-A veces tengo la convicción de que ya perdimos el tren y que es muy tarde para pensar en dos Estados. Me asaltan esos pensamientos cuando miro el mapa: los territorios palestinos y las colonias judías se encuentran tan imbricadas que me parece totalmente absurda la noción misma de dos Estados. Entonces me entra el temor de que estas negociaciones que acaban de empezar y pueden durar meses, no desemboquen en nada. Me parecen una gigantesca pérdida de tiempo y me digo que sería muchísimo más inteligente arremangarnos y trabajar seriamente sobre la solución de un solo Estado.

Coexistencia

En cierta forma...

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