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Un rey sin espada

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Vincent
AutorGuillermo Leal

David Silveti regresó a la Plaza México tras siete años de ausencia para confirmar que sigue siendo "El Rey", que el público lo quiere y que vive con él una pasión pocas veces vista, que logró que la México vibrara como hacía tiempo no sucedía.

Su faena al cuarto fue de esas que no se ven diario.

La personalidad del torero, el valor, la apasionada entrega y además el arte se fueron construyendo en una labor en la que en cada lance, -tres verónicas y una media de pintura- en cada muletazo, el público, emocionado, se ponía de pie. La plaza se cimbraba ante la estoicidad con la que David permanecía, cerrado en tablas, pasándose los astifinos pitones por las ingles.

Casi no se movía, no enmendaba, aguantando las emotivas embestidas del astado, que cuando veía cómo David bajaba la mano, apenas para torear con la muleta por el lado derecho, obedecía, pero cuando David le daba ventajas, el toro se hacía dueño de la situación.

Como en ese momento cuando se quedó David el la cara del astado y lo prendió por el vientre, afortunadamente sólo rompiéndole la taleguilla.

Este David que acusa sus lentos movimientos de piernas, debido a las múltiples fracturas que ha sufrido en las rodillas, es el David que cae a la arena y se levanta con la misma determinación para continuar su obra.

Pocas veces se ve al público tan convencido y tan entregado con un torero. Los olés eran ensordecedores, el grito de ¡torero, torero¡ surgió espontáneo de las resecas gargantas, que por unos momentos se olvidaron del frío, de la lluvia, de todo lo que no fuera Silveti.

Se perfiló a matar y todos rogaban para que el hijo de Juan Silveti sepultara la espada, pero ello no pudo ser y fue hasta el quinto intento cuando dejó la estocada que hizo doblar al toro. El público pedía la oreja para David y cuando ésta no fue concedida lo obligaron a dar una emotiva vuelta al ruedo.

En la mirada de David, quien en su primero había estado muy bien aunque escuchó un aviso, se observaba la emoción que traía adentro, sabedor de que como se lo propuso regresó y le bastó una faena para volver a conquistar al público aunque ayer fue poco.

Ni duda cabe, está de regreso.

Con David alternó Manolo...

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