La revuelta ciudadana contra la corrupción

AutorSergio López Ayllón y Pedro Salazar

Durante mucho tiempo los mexicanos hemos convivido con la corrupción. En los últimos 20 años el índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional ha ubicado a México entre los países más corruptos, sin que ello alterara las dinámicas de uso y abuso de los recursos públicos. Así que lo que ha cambiado es la cada vez menor tolerancia social frente a este problema.

Este cambio, que maduró de manera gradual, necesitó de un momento de catarsis para que la atención y los esfuerzos de la sociedad organizada y la academia se concentraran en modificar el espacio público y el contexto institucional que permitía y fomentaba la corrupción. De acuerdo con Mauricio Merino (México: la batalla contra la corrupción, 2015), este cambio fue propiciado por los casos de Ayotzinapa y la Casa Blanca. Éstos y otros sucesos pusieron en evidencia que existe una transformación en la moral pública y privada. El antropólogo Claudio Lomnitz escribió al respecto: "Hay en México hoy una demanda o, mejor dicho, una sensación difusa pero muy palpable, que pide cambios hondos en la moral pública" (Revolución moral, en La Jornada 17/12/2014).

El hartazgo, la apatía, la indignación y el enojo de la sociedad mexicana tenían dos posibles causas: el aumento de la desesperanza y la violencia o la organización social y el cambio institucional. Esta última fue la apuesta ciudadana detrás de la creación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).

Durante los últimos 30 años, el Estado mexicano intentó abatir la corrupción con diferentes instituciones y mecanismos. Todos fallaron estrepitosamente. El más reciente intento en esa dirección ocurrió en 2012, cuando el entonces candidato a la Presidencia de la República Enrique Peña Nieto propuso crear una Comisión Nacional Anticorrupción. Presos de la demagogia política, se buscaba encontrar una "bala de plata" que resolviera el problema. Frente a esta propuesta, las organizaciones académicas y sociales reaccionaron y lograron modificar el rumbo fomentando una profunda reforma constitucional (Diario O/irial de la Federación 250515).

Los cambios a la Constitución eran sólo el inicio de un largo camino, pues eran necesarias las normas secundarias que aterrizaran la operación constitucional. La sociedad civil, junto con la academia y los empresarios, tomaron la delantera, y con la llamada Ley 3de3, apoyada por más de 600 mil firmas, lograron incidir de manera significativa en el diseño del SNA.

En efecto, la Ley 3de3 fue la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR