La revuelta por el Bien Común

AutorSabina Berman

En Estados Unidos, el gran propagador del capitalismo neoliberal y sede de su capital económica, Wall Street, los Indignados pueden enfocar sus exigencias al centro mismo del mal: ese 1% de ricos que poseen el 43% del pastel de la riqueza internacional, muchos de los cuales habitan en los rascacielos de Nueva York.

Que paguen esos ricos más impuestos, que sean ellos los que subsidien los servicios públicos que se reclaman para una existencia digna, que nuevas regulaciones impidan su saqueo sistemático del resto de la población, que una nueva y severa vigilancia ciudadana rompa el contubernio de ese 1% de ricos con los políticos, hoy en cada sociedad sus testaferros.

En México los Indignados son aún pocos, 400 y tantos, están instalados ante la Bolsa de Valores de Avenida Reforma, en la capital, han reclamado el regreso del SME, un sindicato corrupto, exigen el retiro del Ejército de las calles, en calles controladas por un mal mayor que los militares: el crimen. Son pocos y parecen confundidos. Corrijo: son pocos porque están aún confundidos en cómo aterrizar en demandas locales el ímpetu del movimiento de indignación planetaria. Son pocos, pero a medida que se clarifique el ideario del nuevo movimiento internacional, serán más y más.

Y no hay duda de que el ideario se decantará en unos cuantos conceptos que abarquen la aparente diversidad de los reclamos. Sucederá por una razón simple: porque también son unas cuantas las fuentes del malestar. Tal vez, acaso, una sola. El enflaquecimiento del Bien Común.

"No hay concepto más urgente que revivir que el del Bien Común. Yo apuesto que será el concepto más nombrado en el siglo XXI". La aseveración es de Frans de Waal, hoy por hoy uno de los biólogos de mayor influencia intelectual en el orbe científico. Lo escribió en el año de 2009, en el prólogo de La edad de la empatía, su estudio sobre la vida moral de los primates.

El Bien Común: esa riqueza que es de todos y de nadie en particular. Lo que poseemos en conjunto como sociedad, los primates parlantes y otras especies que viven en comunidad. Lo que está garantizado para cada individuo por el mero hecho de ser parte del grupo.

En la parte central de La edad de la empatía, De Waal observa que uno de los grandes popularizadores de la idea capitalista "del triunfo legítimo del más fuerte" fue también el fundador de la biología moderna, Charles Darwin. En su teoría de la evolución, publicada en 1859, Darwin escribió que "la competencia por las...

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