Revolución en suspenso

AutorTémoris Grecko

El CAIRO.- Egipto se ha convertido en un país de contundentes respuestas negativas: "No", espetaron los manifestantes de la plaza Tahrir a los militares y a los políticos que el martes 22 pactaron acelerar el proceso electoral que inicia este lunes 28; "no", dijo también el diplomático Mohamed ElBaradei para rechazar las invitaciones a encabezar un gobierno civil sujeto al poder de las fuerzas armadas. "Se está usando gas lacrimógeno con un agente nervioso y munición real contra civiles en Tahrir. Una masacre está ocurriendo", tuiteó ese mismo martes 22, a las 10:43 de la noche, desde su cuenta @ElBaradei.

Y al cierre de esta edición (jueves 24), el exsecretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, visto como segunda opción para asumir el puesto de primer ministro, también parecía pensarlo.

El lunes 28 empieza un complejo y largo proceso electoral que debería durar tres meses, y cuya realización fue confirmada el jueves 24, a pesar de que partidos laicos solicitaron en varias ocasiones posponerlo. Las fuerzas del Estado, sin embargo, no sólo parecían incapaces de generar el necesario clima de seguridad, sino que se mostraban públicamente divididas: la policía paramilitar, por un lado, y el ejército, por otro.

Sólo los grupos islamistas lograron el jueves 24 calmar un poco los ánimos. Son ellos los principales interesados en que los comicios se lleven a cabo, pues están mejor organizados, han desarrollado campañas electorales de mayor alcance y esperan obtener buenos resultados en los comicios legislativos. Sus rivales -una miríada de pequeños partidos laicos, tanto liberales como de izquierda- tendrán que medirse en las urnas en situación de desventaja. Por eso varios de ellos prefieren posponer las elecciones y ganar más tiempo.

En la plaza Tahrir, sin embargo, los manifestantes desconfían de todos: de los militares, de los islamistas y de los políticos en general. La violencia -cuyo saldo provisional era la semana pasada de al menos 35 personas muertas y 3 mil 200 heridas-ha radicalizado las posiciones de los manifestantes y acentuado su escepticismo hacia la política.

Un fracaso en las elecciones -ya sea porque no se ha completado la logística para las votaciones o porque éstas se vieran alteradas por disturbios o porque los desequilibrios en la competencia produjeran resultados que no representen la realidad política de Egipto- hará mucho más difícil hallar una salida que no sea traumática para todos.

El descontento

La revolución empezó el 25 de enero; 18 días después -11 de febrero- el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) depuso al dictador Hosni Mubarak como quien se desprende de un lastre. Esa junta militar -encabezada por el mariscal Mohamed Hussein Tantawi- dijo que sólo retendría el poder por unos meses. Sin embargo, presentó un itinerario político que le...

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