Revaloremos a la auditoría de desempeño

AutorJerónimo Jesús Salinas García
CargoVicepresidente de Investigación del Observatorio del Sistema Nacional Anticorrupción, A.C.
Páginas42-43
DR. JERÓNIMO JESÚS SALINAS GARCÍA
Vicepresidente de Investigación del Observatorio
del Sistema Nacional Anticorrupción, A.C.
Miembro de la Academia Mexicana de Auditoría al
Desempeño, A.C.
jeronimosalinas@hotmail.com
Siempre, pero sobre todo a partir del incidente de la “Auditoría de des-
empeño número 1394-DE” practicada por la Auditoría Especial de
Desempeño de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) al malo-
grado “Proyecto del Aeropuerto de Texcoco”, la Auditoría de Desem-
peño, como conocimiento social, se ha minimizado en México desde
su concepción política, diseño jurídico y potencial económico. El hecho es
que, salvo excepcionales auditores mexicanos, desde los máximos órganos
de control interno y externo gubernamental, a la Auditoría de Desempeño se
ha le vilipendiado tanto su constitución y organización, como su gestión y
prácticas.
Pese a que se trata de una herramienta no solo de control per se, sino de una
investigación cientíca de amplio alcance, pues sus enfoques van más allá
de vericar “el cumplimiento de los objetivos contenidos en los programas”
(CPEUM, Art. 79-I), en México, la Auditoría de Desempeño no se aprovecha
para orientar las políticas públicas, diseñar las organizaciones públicas y, en
general, para optimizar los procesos, los sistemas administrativos y la gestión
de los servicios públicos, proponiendo, además, los medios para conseguirlo.
Mientras que el foco de la INTOSAI en el marco de la “Agenda para el Desa-
rrollo Sostenible hacia 2030” se ha centrado en la importancia de la Auditoría
de Desempeño como un importante recurso de las entidades de scalización
nacionales para orientar a los gobiernos, optimizar sus funciones y coadyuvar a
alcanzar sus objetivos institucionales, hasta hoy, no hay indicios de que algo de
esa envergadura se ejecute en nuestro país.
Lo anterior es una franca negación de que los más graves problemas sociales
que aquejan a México (cambio climático, pandemia, pobreza, injusticia, inse-
guridad, corrupción, impunidad), además de políticas y decretos, implican re-
soluciones e implementaciones de mayor calado y prospectiva, pero también,
que la auditoría gubernamental debe ir mucho más allá de la transparencia,
de la rendición de cuentas y del combate a la corrupción, esto es, hacia el
impulso de nuevas formas de organización estatal y transformaciones cons-
titucionales estructurales.
En contraste con las mejores prácticas, en México se han priorizado las au-
ditorías con enfoque a los “nes y resultados” y al “cumplimiento puro” de la
nanza y la legalidad, descuidando los enfoques de eciencia y efectividad
que son connaturales a la Auditoría de Desempeño. Mientras que en México
se insiste que solo es posible obtener recuperaciones derivadas de las au-
ditorías de cumplimiento nanciero, en las mejores prácticas del mundo (EE.
UU, Alemania, China, Japón, etc.) son notables los resultados de evaluaciones
constructivas sustentadas en análisis de costo benecio que, en un solo año,
reditúan ingresos, ahorros o economías, por mucho más que los montos re-
portados por la ASF en los 21 años que lleva de servicio.
De allí que, cada vez sea más conocida en el mundo como Value for money
Audit, lo que signica que no se trata de evaluar solo la ecacia y la econo-
mía entre el ingreso y el gasto, sino también la eciencia y la efectividad e,
incluso, el retorno y la productividad de las inversiones públicas. No es casual
que la normativa internacional, para distinguirla, remarque que la Auditoría
de Desempeño “a diferencia de la auditoría de regularidad, está relacionada,
principalmente, con las verdaderas intenciones detrás de las intervenciones
gubernamentales” (ISSAI: 3100, p.4).
Es en la Auditoría de Desempeño donde las entidades de scalización de nuestro
país tienen su verdadero desafío y, más aún, en el seguimiento y el acompaña-
miento consultivo del propio auditor que las practica para garantizar la implemen-
tación de sus resultados y recomendaciones. Debemos a aspirar que los efectos
o impacto derivados de las auditorías de desempeño no sólo se impongan sobre
la muestra auditada, sino en todos los supuestos similares, aunque no hayan sido
sujetos detectados. Es decir, que los hallazgos incorrectos, no solo se instruyan,
corrijan o asesoren en el curso de la auditoría, sino que surtan efecto de rectica-
ción o mejora en operaciones similares en toda la administración pública, de ma-
nera que generen un efecto de ondulación disuasoria para prevenir la repetición
de desviaciones, faltas, fallas o inconsistencias semejantes a futuro.
Independientemente de que sea coercitiva o se siga sustentando solo en el poder
de sus argumentos y recomendaciones, debemos aspirar a que la efectividad de
la Auditoría de Desempeño no solo se aplique en el control ex post o a posteriori
de las políticas públicas y proyectos del gobierno, sino que también las evalúen
antes de que sucedan para garantizar su efectividad. Que la evaluación y control
aleatorios que realiza la Cámara de Diputados sobre la scalización superior se
extienda a las actividades de los órganos de control interno de los entes públicos
con cierta autonomía constitucional, ya sea para racionar o fortalecer a esas im-
portantes instituciones del Estado mexicano, de tal manera que la sociedad civil
se cerciore que las medidas de mejora se ejecuten completamente.
Debemos aspirar a que no se recurra más a la simulación para mantener el
todo como está en el gobierno, ni mucho menos continuar con las medidas
de control, austeridad y racionalidad indiscriminadas y generalizadas que se
imponen a partir del presupuesto y tanto daño han causado a nuestra admi-
nistración pública en los últimos 33 años. Sobre todo, porque es altamente
probable que se socave la imparcialidad y la objetividad en el diseño y manejo
de las estructuras institucionales cada vez que se somete al libre arbitrio y a
la discrecionalidad de cada autoridad del gobierno, la aplicación de determi-
nado ajuste. Más aún, cuando nuestro régimen político y los poderes públicos
carecen de contrapesos verdaderamente independientes que permitan con-
trolar la organización y gestión de manera más efectiva.
Revaloremos a
la auditoría de
desempeño
MISCELÁNEO
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CONTADURÍA PÚBLICA
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