Los que se resisten a desaparecer

AutorPablo Pérez Álvarez

LIMA.- Los remanentes de Sendero Luminoso que permanecen en el agreste y selvático valle de los ríos Apuri-mac Ene y Mantara (VRAEM) tienen poco que ver con lo que fue este fanático movimiento armado que llenó a Perú de sangre y terror durante los años ochenta y principios de los noventa.

El historiador Antonio Zapata explica que tras la detención de su máximo líder, Abimael Guzmán, en 1992, éste proclamó la derrota de la guerrilla y pidió la paz al gobierno. Entonces, Sendero se dividió en dos grupos: el primero sigue a Guzmán -quien 23 años después sigue en prisión, condenado a cadena perpetua, e impulsa sin éxito un partido político que aboga por una amnistía general-, y tomó el nombre de "acuerdista", por el acuerdo de paz que estaba buscando.

La otra facción se distanció de su otrora caudillo, a quien tilda de traidor. Decidió mantenerse en guerra, adoptando para ello el nombre de 'Proseguir'. "Los que están en el VRAEM son los herederos de la sección Proseguir, en el sentido que se consideran a sí mismos los verdaderos guerrilleros maoístas, y a Guzmán y a los 'acuerdistas' los consideran gente traidora que se ha vendido al Estado", comenta Zapata.

Hasta hace unos años, Sendero Luminoso todavía mantenía dos frentes: uno en el VRAEM, liderado por los hermanos Quis-pe Palomino; y otro en el Alto Huallaga, encabezado por José Eleuterio Flores, mejor conocido como El Camarada Artemio.

Ambos frentes se encontraban en zonas de difícil acceso. Sus acciones nunca alcanzaron la magnitud que el senderismo tuvo bajo el liderazgo de Guzmán. De hecho, durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), tras el régimen autoritario de Alberto Fujimori en la década de 1990, el Estado peruano cejó en la lucha contra la guerrilla, dándola por finiquitada.

"Hasta las bases militares las desactivaron. Para Toledo no existía ya Sendero", lamenta el especialista Pedro Yaranga.

Sendero aprovechó este impasse para tomar fuerza, con la ayuda además del financiamiento que conseguía por brindar protección a los grupos del narcotráfico que operaban en esas zonas. Gracias a eso obtuvo mejores armas, pero aun así no logró un número significativo de combatientes.

Su fanatismo ideológico y los excesos cometidos contra la población civil en la época más dura del conflicto armado habían condenado a Sendero Luminoso al rechazo generalizado.

El frente del Alto Huallaga quedó desarticulado en febrero de 2012, cuando Artemio fue capturado por la que era entonces División...

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