Las reservas de petróleo de México: su valor para la nación
Autor | Juan José Dávalos López |
Páginas | 177-191 |
[ 177 ]
En México, más que nunca a lo largo del presente sexenio del gobierno foxista, nos hemos acos-
tumbrado a creer que, estando las cosas como están ahora, lo que sigue es verdad para la industria
petrolera nacional:
1. Que elevar a diario el ritmo de producción de crudo, como se busca ahora, es muy benéfi co
y lo más conveniente para el país.
2. Que elevar a diario la exportación de petróleo de crudo, como se busca ahora, es benéfi co
y lo más conveniente para el país.
3. Que estamos muy cerca de quedarnos sin petróleo y que esa situación le “estallará” en
algún momento al próximo gobierno de México (sexenio 2006-2012).
Al mismo tiempo que nos acostumbramos a lo anterior, estamos llegando a creer que es imposible
construir para nuestro país una situación mejor en el plano energético, a menos que se entregue total
o parcialmente la explotación y administración de los recursos petroleros a las empresas privadas
nacionales y extranjeras.
Dado lo anterior, se vuelve obligado revisar en primer lugar las respuestas a la siguiente pregun-
ta: ¿por qué las reservas de petróleo en México son consideradas hasta hoy propiedad de la nación y
no de sus gobiernos ni de los particulares? Entre otras razones, podemos repasar las siguientes:
! Al decir que el petróleo es un recurso natural no renovable
–
hecho de suyo preocupan-
te
–
olvidamos con frecuencia que las reservas de dicho recurso tardaron varias decenas
de millones de años (o tal vez más) en ser formadas por la naturaleza. Con ello olvidamos
–
por un lado
–
que no son fruto del trabajo de algún particular o de algún gobierno (inclu-
yendo al actual gobierno mexicano) ni lo son del trabajo de la sociedad entera, y
–
por otro
lado
–
que jamás podremos repetir el proceso con que la naturaleza formó dicho recurso.
q
q
Las reservas de petróleo de México: su valor para la nación
Juan José Dávalos López*
* Economista, académico de la Facultad de Economía, UNAM.
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba