La reforma: Historia de una engaño

AutorJenaro Villamil

La madrugada del 19 de abril, cuando se convocó al pleno del Senado para votar la reforma constitucional en telecomunicaciones y radiodifusión, el único de los cuatro senadores que votó en contra -y argumentó en tribuna- fue Manuel Bartlett, exsecretario de Gobernación y actual coordinador de la bancada del PT en esa cámara.

"Es una reforma tramposa" porque sólo combate a uno de los dos grandes monopolios, el de la telefonía, mientras que "las televisoras no tienen los criterios necesarios para ser declaradas dominantes" dice Bartlett a Proceso.

"Es realmente un engaño", insiste el exgobernador de Puebla. Los beneficios que deberían obtenerse gracias a la ley, explica, se dejan para una inasible ley secundaria.

"Pésima actitud, perversa, de presentar reformas constitucionales sin saber cuál va a ser la legislación secundaria. La técnica jurídica, política que se seguía antes era: 'Vamos a hacer una reforma constitucional que tiene necesidad de una importante ley secundaria'; aquí es un galimatías que se aprueba, como hoy estamos viendo", denuncia.

A casi tres meses de esa sesión en la madrugada -que se desahogó sin debate en tribuna y con escasa cobertura de los medios-, Bartlett reitera que desde el proceso de dictaminación se violó el reglamento del Congreso y se evitó cualquier posibilidad de discutir asuntos importantes, como fue abrir 100% de las telecomunicaciones a la inversión extranjera y 49% en televisión y radio.

Bartlett relata que, a las 11:30 de la noche del 18 de abril, los integrantes de las cuatro comisiones dictaminadoras terminaron de sesionar, pero sólo entregaron a algunos senadores el paquete de casi 400 hojas que contenía el dictamen.

"El reglamento dice que todos los senadores deben tener el dictamen. Ahí se violó un aspecto sustancial. La mayoría desconocía lo que se iba a votar minutos después", indica.

A las 00:15 horas del 19 de abril se inició la sesión del pleno del Senado, una medida inusual en el Congreso mexicano. Sólo hubo 20 minutos de diferencia entre la sesión de comisiones y la del pleno, recuerda Bartlett.

"Comenzamos a discutir sin que nadie tuviera completo el dictamen. Fue monstruoso, cínico, inconstitucional", cuenta Bartlett, el mismo político que en 2006 encabezó, junto a legisladores del PRD, del PAN y 11 del PRI, la acción de anticonstitu-cionalidad contra la Ley Teleuisa, aprobada sin que se le modificara "una sola coma".

Para Bartlett, la modificación a la ley de telecomunicaciones fue otra...

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