Reforma Energética a Debate

AutorMarco A. Ríos
Páginas48-54

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El pasado lunes 12 de agosto el Presidente Enrique Peña Nieto entregó al legislativo su Iniciativa de Reforma Energética que plantea modernizar a pemex y la cfe y abrir a la inversión privada la exploración y explotación del petróleo, sin que implique vender o privatizar pemex, afirmó categóricamente el titular del Ejecutivo Federal durante su mensaje a la nación, asegurando que "el petróleo y los demás hidrocarburos seguirán siendo de los mexicanos: serán los únicos dueños de la renta petrolera".

El punto polémico de la iniciativa se centra en la propuesta de reformar los artículos 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en sus párrafos sexto y cuarto, respectivamente. Con ello se pretende retomar las ideas, dijo, que guiaron las reformas legales cardenistas de 1940, destacando la propiedad y el dominio directo del petróleo y de todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo y la energía eléctrica, que buscaban el desarrollo de un sistema nacional eléctrico basado en principios técnicos y económicos, bajo la conducción y regulación del Estado.

La cascada de opiniones a favor y en contra no se dejaron esperar; las fuerzas políticas de izquierda inmediatamente se lanzaron en contra y anunciaron que presentarían la suya, bajo una dinámica de mantener el petróleo en posesión de los mexicanos bajo reglas más claras y precisas y sin tocar ningún artículo de la Ley Suprema, y en efecto, a los pocos días el prd presentó su propuesta en esa dirección, sumándose a la del pan que fue entregada previamente.

Lo que ninguna de las 3 iniciativas aborda es el tema del sindicato y la depuración hacia el interior de las paraestatales, sobre todo de pemex, que ha sido "saqueado" sexenio tras sexenio, desviando parte de su riqueza económica para fines personales, tanto de dirigentes sindicales, como de directivos y políticos. Sin duda que este es uno de los grandes pendientes que quedarán por resolverse, junto con la garantía de dotar de transparencia el manejo de los cuantiosos recursos que generan el petróleo y la energía eléctrica.

Enrique Peña Nieto aseguró que, de aprobarse la iniciativa, se permitirá al Estado mexicano celebrar contratos con inversionistas particulares -nacionales y extranjeros-, cuando así convenga al interés nacional y con ello generar energía más barata para todas las familias mexicanas. Destacó que el Pacto por México ha generado el clima positivo de diálogo, entendimiento y acuerdo político que esperaban los mexicanos. Se mantendrán en manos de la Nación, sostuvo, a través del Estado, la propiedad y el control de los hidrocarburos y la propiedad de pemex como empresa pública (Compromiso 54). En todos los casos, la Nación recibirá la totalidad de la producción de éstos. También acordaron los líderes de los partidos realizar las reformas necesarias, tanto en el ámbito de la regulación de entidades paraestatales, como en el del sector energético y fiscal, para transformar a pemex en una empresa pública de carácter productivo, conservando la propiedad del Estado, pero con capacidad para competir en la industria, hasta convertirse en una empresa de clase mundial. Para lograrlo, será necesario dotarla de las reglas de gobierno corporativo y de transparencia que se exigirían a una empresa productiva de su importancia (Compromiso 55).

Iniciativa de Reforma Constitucional

La iniciativa de reforma en materia energética enviada por el Ejecutivo Federal al Congreso de la Unión se sustenta en 6 ejes estratégicos:

I. Fortalecimiento del papel del Estado como rector de la industria petrolera: Dotarle de nuevas herramientas para la definición y conducción de la política energética del país, que permitan una adecuada y prudente administración del patrimonio petrolero nacional.

II. Crecimiento Económico: México está llamado a aprovechar sus recursos energéticos a favor de mayor

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inversión y generación de más empleos, a partir de iniciativas que promuevan el abasto de energía en cantidades suficientes y a costos competitivos.

III. Desarrollo Incluyente: El acceso a la energía permitirá democratizar la productividad y la calidad de vida de la población en las distintas regiones del país.

IV. Seguridad Energética: Se debe aprovechar la disponibilidad de energía primaria en el territorio nacional para lograr la procuración continua, diversificada y económica del suministro energético para ésta y las siguientes generaciones.

V. Transparencia: Garantizar a los mexicanos el adecuado acceso a la información sobre la administración del patrimonio energético nacional.

VI. Sustentabilidad y Protección del Medio Ambiente: Es posible mitigar los efectos negativos que la producción y el consumo de energías fósiles puedan tener sobre la salud y el medio ambiente, mediante la mayor disponibilidad de fuentes de energía más limpias.

Enfatiza el Presidente Peña Nieto en la propuesta, que ésta se basa en las ideas fundamentales de las reformas del Presidente Lázaro Cárdenas consecuentes con la expropiación petrolera de 1938. En ella se destaca que la propiedad y el dominio directo del petróleo y de todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, son y seguirán siendo de la Nación. De forma análoga, se retoman las ideas que guiaron las reformas legales cardenistas en materia eléctrica, que buscaban el desarrollo de un sistema nacional eléctrico basado en principios técnicos y económicos, bajo la conducción y regulación del Estado.

La falta de un marco jurídico que responda a la realidad en esta materia ha llevado a una producción insuficiente de petróleo y gas natural, lo que junto con las crecientes importaciones de gas natural, gasolinas, diesel y petroquímicos, ha erosionado la seguridad energética de la Nación. De seguir con la tendencia actual, México se convertiría en un país importador neto de hidrocarburos en tan sólo algunos años. Hoy el régimen fiscal de pemex se sustenta en un esquema de derechos rígidos, los cuales se determinan sin reconocer plenamente las necesidades de inversión de la empresa. En naciones como Brasil, Colombia y Noruega, las empresas petroleras nacionales pagan contribuciones más moderadas que la paraestatal y luego, dependiendo de la rentabilidad de la inversión, se decide de forma más fiexible si el remanente se reinvierte en la propia empresa o se transfiere a la hacienda pública.

La propuesta se incluirá en la reforma hacendaria y estará alineada con la necesidad que tiene pemex de ser más fiexible para conseguir mejores resultados, lo que implicará un cambio de paradigma con dos componentes esenciales: primero, un pago de derechos más bajo que en la actualidad y, segundo, el remanente de ese pago de derechos podrá ser reinvertido en la empresa o una parte podrá ser transferida al presupuesto como si fuera un dividendo a fin de emplearse para gasto en escuelas, hospitales, infraestructura de agua o carreteras. Este nuevo esquema hará que pemex tenga un trato fiscal comparable al de otras empresas petroleras en el mundo. A diferencia del actual, el régimen propuesto,

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alineará los...

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