Reflexiones y propuestas sobre el boicot electoral

De Miguel García Partearroyo

Señor director:

Aquí quiero recordar que el mismo Papa considera, como también lo cité, que "la unidad no es apostar por un sincretismo ni por la absorción de uno en el otro, sino por la resolución en un plano superior que conserva en sí las virtualidades valiosas de las polaridades en pugna".

Supongo que en esto podemos estar de acuerdo. Siendo así, proponer la unidad en torno al boicot es proponer la absorción de uno en el otro, como también lo sería proponer la unidad en torno a un voto que negare la necesidad de una Constituyente Ciudadana.

Me permito sugerir que el criterio de unidad lo podemos encontrar en la bipolaridad dada entre el espacio y el tiempo, con respecto a la cual Francisco observa: "Darle prioridad al espacio lleva a enloquecerse para tener todo resuelto en el presente, para intentar tomar posesión de todos los espacios de poder y autoafirmación".

Para el caso, encuentro oportunas las líneas de Enrique González Rojo en esta misma sección de Proceso 2001, donde distingue el tratamiento electoral que debemos dar a distintas zonas del país, como son la Ciudad de México y el estado de Guerrero, concluyendo al final que "si Morena interviene con candidatos a la gubernatura y a los municipios de Guerrero, traiciona al pueblo. Por eso creo que debe abstenerse de hacerlo en dicho estado". Esto no podemos decirlo de la Ciudad de México, donde, como él agrega, "...es necesaria una práctica reformista para impedir el paso a la derecha".

De aquí debemos pasar de la consideración geográfica o espacial a la histórica o temporal, pero no sin antes recordar que la noción de Estado queda definida por tres elementos: 1. la nación o grupo de individuos que quieren vivir en común; 2. un territorio determinado, y 3. una autoridad común que en lo interno se traduce en poder de gobierno y en lo internacional como independencia política. Así pues, hay que distinguir, en nuestras críticas, entre gobierno y Estado.

El origen más cercano del Estado Mexicano es la Constitución de 1917, que nace de los dos ideales centrales de la Revolución de 1910: "Sufragio efectivo, no reelección" y "Tierra y libertad". Hasta la fecha las personas que han dado su sangre por el sufragio siguen pidiendo justicia, y desde Carlos Salinas de Gortari empezaron a perder terreno las conquistas agrarias, y ahora el petróleo. Los orígenes de esto son los fraudes electorales de 1988 y de 2012. No tendríamos la posibilidad y legitimidad para...

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