Otro recuerdo de infancia

Los libros que se mencionaron se encuentran en el acervo de las bibliotecas del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO). Esta columna se termina por ahora, pero aún hay temas pendientes y veremos si más adelante continuamos.

Gracias a todos los que me ayudaron con "Toledo LEE": a Gina Mejía, Ariana Sixtos, Mé-rida López y a todos los bibliotecarios del IAGO que puse a buscar los libros para volverlos a leer y compartir algunos fragmentos.

También agradezco a Rafael Rodríguez, director de Proceso, por la invitación para colaborar en las páginas de la revista.

Me despido contando un recuerdo de infancia: en casa de mis papás siempre había mucha gente, parientes nuestros que llegaban a estudiar; también estaban las muchachas, los mozos y cargadores que ayudaban en la casa y en el negocio.

Recuerdo que una vez una de las muchachas que ayudaba a mi mamá, se puso de acuerdo con uno de los cargadores para ir a la bodega, donde mi papá guardaba pacas de chile ancho.

Como el chile estaba en sacos un poco abiertos, si ponías la mano ellos te quemaban; en su calentura no se dieron cuenta que se acostaron sobre uno de estos costales. Más tarde no salían del baño porque estaban mojándose para que se les quitara el ardor y no los descubrieran. La muchacha estaba llorando de la enchilada que se habían dado.

Eso se comentó por mucho tiempo en la casa, incluso hacían chistes de la muchacha que se había enchileanchado.

El que untaba su miembro con babas de nopal

Calli (1473). En este año se enfrentaron te-nochcas y tlatelolcas, en tiempos de tlatoani Axayacatzin; entonces gobernaba en Tlatelol-co Moquihuixtli. He aquí la relación que (entonces) se hizo. Cuando aún no había guerra, Moquihuixtli hacía muchas cosas malas con sus mujeres; y una hija de Axayacatzin, tlatoani de Tenochtitlan, era mujer de Moquihuixtli. Esta señora todo lo informaba en Tenochtitlan, pues las pláticas de guerra de Moquíhuix tenía en secreto, ella las iba a referir a Axayacatzin. De muchas maneras escandalizó Moquihuixtli a la ciudad; a sus mujeres les ponía rellenos de pochote para que parecieran más grandes. Y a la señora que era hija de Axayacatzin le metía el brazo por entre las piernas y con la mano le palpaba dentro de su natura. Y se dice que la natura de la señora le habló, diciendo: "¿Por qué estás afligido, Moquíhuix? ¿Por qué has abandonado a tu ciudad? Ya no será; ya no amanecerá". Y luego sucedió que (Moquíhuix) regó su simiente dentro del palacio; se divertía...

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