Razones y Proporciones/ Instituciones para las decisiones políticas

AutorManuel Sánchez

Entre las instituciones que apoyan el progreso económico se encuentran: un Gobierno pequeño, una burocracia honesta, un sistema legal que proteja los derechos de propiedad y obligue el cumplimiento de los contratos, y una baja carga tributaria y regulatoria. Estos elementos son positivos porque propician la innovación tecnológica, el esfuerzo laboral, la inversión y la acumulación del capital humano. Su existencia contribuye a explicar la Revolución Industrial y la expansión más destacada de las economías occidentales durante los últimos dos siglos, y su ausencia, el fracaso del socialismo y el retroceso de los países más pobres.

A pesar de la evidencia sobre "lo que debería hacerse", muchos Gobiernos prefieren operar en sentido contrario, es decir, con obstáculos a la inversión privada, monopolios estatales y privados, distorsiones impositivas, debilidad legal y de justicia, y un gasto gubernamental elevado. Al generar desperdicio y corrupción, estas medidas retardan el desarrollo económico. Su selección, sin embargo, se explica por la política y no por la economía. Como lo advierte el premio Nobel de Economía, James M. Buchanan, los políticos no son diferentes al resto de la población y persiguen sus propios intereses: enriquecerse o beneficiar a aquellos que los llevaron al poder. Además, suelen ceder a las demandas de los grupos de interés mejor organizados, que buscan rentas a expensas de los grupos más dispersos, a cambio de votos o apoyo para el Gobierno en el futuro.

Una implicación de lo anterior es que la política y la democracia exhiben fallas. A pesar de las intenciones altruistas expresadas por los Gobiernos, las medidas adoptadas reducen frecuentemente el bienestar social. El Estado se convierte en una agencia para beneficiar a algunos en perjuicio de los otros, por ejemplo, mediante impuestos elevados contra las minorías "perdedoras", y transferencias hacia las mayorías "ganadoras", aún a costa de frenar la actividad productiva eficiente y el crecimiento económico. Entre los perdedores están generalmente las generaciones futuras, ya que los políticos, al prometer sólo beneficios, es decir, mayores gastos sin aumentar impuestos, son proclives a los déficit fiscales. La forma de contrarrestar estas imperfecciones es introducir reglas que limiten el poder del Estado y restrinjan las decisiones delegadas por los ciudadanos.

Es necesario cambiar las "reglas del juego", mediante reformas legales, con el propósito de generar los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR