Las razones del equipo argentino

AutorGloria Leticia Díaz

El jueves 17 tocó el turno al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) de manifestar sus reservas sobre el anuncio que hizo la víspera la procuradora general de la

República, Arely Gómez, de que la Universidad de Innsbruck, Austria, había identificado entre las cenizas enviadas para su análisis a Jhosivani Guerrero de la Cruz, restos que se sumarían a los de Alexander Mora Venancio, detectados en diciembre del año pasado. Esa noche, el EAAF fijó su posición en un comunicado. Si bien reconoció "la alta calidad científica" del laboratorio de Innsbruck, reforzó sus dudas expuestas en febrero de este año sobre la manera en que fueron utilizados los restos para identificar a Mora Venancio y Guerrero de la Cruz, mismos que presuntamente estaban en una bolsa de nylon y fueron rescatados por buzos de la Secretaría de Marina del fondo del Río San Juan, en Cocula.

Los forenses argentinos, reconocidos por su labor en la identificación de víctimas de la dictadura militar en Argentina, así como en Bosnia, Angola y Kosovo, entre otros países en conflicto, retomaron en su análisis la conclusión del GIEI acerca de la imposibilidad de que el destino final de los 43 estudiantes de Ayotzinapa fuera la incineración en el basurero.

El EAAF reveló que el resultado de las pruebas del "método experimental de Secuencia Masiva Paralela" realizado por los expertos de Innsbruck para identificar a Guerrero de la Cruz les fue presentado "un par de horas antes del anuncio público" de Arely Gómez.

Para los forenses argentinos "la coincidencia genética mitocondrial de la muestra ósea 16-29102014 y la madre de Jhosivani Guerrero de la Cruz no es considerada por el EAAF como resultado identificatorio definitivo".

Su explicación para considerar "una posibilidad" y no una certeza el resultado expuesto por la procuradora es que los sitios "de recuperación de restos son inciertos y problemáticos".

Estiman que la identificación genética mitocondrial de Guerrero de la Cruz seria valiosa si se tratara de un "caso cerrado", en que el número de víctimas por identificar estuviera perfectamente delimitado en tiempo y espacio; "por ejemplo, un accidente de un avión con un listado claro de pasajeros, que serían los únicos a encontrar en el sitio de recuperación de restos".

Uno de los problemas en el caso de los 43 desaparecidos es que "el EAAF -que ya estaba en el país a petición de los familiares de las víctimas- no estuvo presente en el momento en que buzos y peritos de la PGR...

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