La razón extraviada

AutorFernando Tenorio Tagle
CargoProfesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco.
Páginas185-192
La razón extraviada
Fernando Tenorio Tagle*
La significación de la modernidad y la unicidad de su razón han
implementado finalmente la condición de la posmodernidad, que avanza al
descubrimiento de un nuevo mundo; la violencia gestada en la modernidad
encu
entra una contraviolencia igualmente extraviada, escenificada en
lamundialización evidenciando la pluralidad de mundos en los cuales se
observa la diversidad cultural; esta metamorfosis transforma a las víctimas
invisibles siempre en dependencia de la masificación de la información.
Modernization 's meaning and the uniqueness of its recison havefinally
implemented the condition ofpostmodemism, that advances the knowledge
of a new world; violence created in modernity finds a violence in return
eqiiaüy lost,
that shows in globalization making evident the pluralism of
worlds in whichyou can view the cultural diversity; this metamorphosis
transforma the invisible victims always depending on the Information that is
released to the masses.
Evocando un extraordinario ensayo de Elias Canetti,
1
al
cual me referiré más adelante, Eligió Resta2
viene a
mostrar la diferencia que existe entre las culturas que él
denomina de la fuga y aquellas otras que tienen
conciencia de las palabras, es decir, que tienen
conciencia de l
sentido que las palabras mismas podrían transparentar si
nos aproximamos a ellas de manera escrupulosa, tal
como recomendaba Karl Krause:
entre más mires de
cerca una palabra, más lejos esa mirada te llevará.
Ser
custodi
o de la metamorfosis puede entonces conducir a la
aventura humana y no sólo al relato de una especie dom
inante, incluso asumirse como "especie dominante" de
sus mismos pares.
La tragedia de Nueva York, 3
como la de Afganistán, al
inaugurarse el tercer mile
nio, forman ambas, parte de la
misma entramada humana rastreable en todos los
contextos como en todas las historias, en aquellos
momentos límite cuando la razón parece abismarse
por las emociones. Si valoramos semejantes hechos, no
distantes en su referent
e material con aquellos otros
verificados desde las guerras de conquista y colonización
occidentales, por ejemplo, al Holocausto en el que esa
misma racionalidad se debatió, parece irrefutable la
afirmación de Adorno: toda cultura después de Auswitz
incluy
endo su crítica no es sino basura. Y es que las
nostalgias de los tiempos de lucha sustantivadas con el
término de la miseria que contextualizó la Guerra Fría
{la
miseria de la razón; la miseria del historicismo; la miseria
del estructuralismo), como de lo
s tiempos de sus
clausuras que figuraron en la literatura especializada el
fin
de las historias como el fin ele las ideologías,
por ejemplo,
pueden reavivar las razones extraviadas, particularmente
por parte de quienes no experimentaron sino observaron
a semejantes actos y sus nostalgias.
La llamada "solución final" del exterminio conducida por la
Alemania nazi, parece avanzar igualmente como forma de
la razón de todo terrorismo y de la razón de sus actuales
perseguidores, más allá de las
inconsistentesjust
ificaciones invocadas que pretenden
ocultarla, es decir, que pretenden encubrir el posible
consenso de una forma de heterofobia.
Entonces, la violencia, que sigue reafirmándose como
atributo humano y más allá de la legitimidad
* Profesor
-
investigador de la
Universidad Autónoma Metropoli
-
! tana,
Azcapotzalco.
1. Me refiero al ensayo "La labor del escritor", contenido en La
conciencia
de las palabras, FCE, México, 1980.
2. Cfr. "La desmesura de los sistemas penales", en Poder y control,
núm.
"0", Barcelona, 1985.
3.
Con este término me refiero a las acciones terroristas verificadas en
territorio de Estados Unidos de Norteamérica el día 11 de septiembre del
año 2001.

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